Guillem Boscana mantiene la serenidad ante las dificultades que está viviendo el Bahía San Agustín en los primeros meses de la competición. El presidente del Bahía San Agustín que milita en la segunda categoría del baloncesto nacional no ha entregado las armas ni en el área deportiva ni en la social ante el peor año de los últimos tiempos. El equipo no funciona, los resultados no acompañan y las decepciones se acumulan pero, en ningún caso, el presidente quiere calificar de fracaso el proyecto 2020/21.
El presidente del Bahía San Agustín todavía no ha entregado las armas a nivel deportivo ni económico.
En cuadro
Al incombustible Boscana le sigue preocupando, por encima de todo, la parte financiera de la entidad hasta el punto que seguro que no le importaría perder la categoría de LEB Oro si al final de temporada las cuentas están equilibradas y no aparecen números rojos. La directiva era consciente de lo arriesgado que podía ser afrontar una campaña en una liga de tanto nivel con solamente cinco jugadores top y el resto con jóvenes con futuro pero sin experiencia ni currículum. Con lo que no se contaba era con que las bajas por enfermedad o lesión se cebarían con los veteranos dejando al descubierto carencias que la mayoría de rivales pueden suplir con plantillas con mayores recursos.
Salvar las cuentas
El Bahía no puede ni debe endeudarse con una plantilla con jugadores de seis mil euros mensuales cuando apenas ha conseguido cuatrocientos socios por los mil de anteriores campañas. No se venden tickets para los partidos porque hay miedo al covid en el Palau y lo tienen en cuenta en el club. La crisis que golpea al equipo profesional que ha visto reducidos sus ingresos por patrocinios de manera alarmante, principal motor para la viabilidad, hay que sumarle la bajada de ingresos por las cuotas de los padres en concepto de formación de sus hijos en los equipos base.
Mala herencia
El panorama no es nada alentador pero hay que confiar en el presidente y su gente con Pablo Laso al frente del proyecto deportivo para revertir esta situación crítica. No hay que olvidar que esta temporada perderán la categoría los últimos cuatro clasificados. Tampoco ha ayudado el lastre que se han encontrado de las últimas campañas. Costará tiempo estabilizarlo pero, con toda seguridad, honradez y trabajo lo lograrán. Guillem Boscana se merece un voto de confianza.
