Vingegaard, Velo d’Or

El danés empezó la temporada arrasando. Sucedió en Galicia, después de una tormentosa primera etapa que debía finalizar en Sarria y que una fuerte tempestad obligó a su suspensión. Venciendo en O Gran Camiño replicaba las primeras victorias del año de su gran rival, Tadej Pogacar; vencedor en tres de las cuatro carreras en que había participado, con la Clásica de Jaén y la Vuelta Andalucía,

Era la primera respuesta al duelo agonístico más espectacular de los últimos tiempos, con el Tour de Francia como magno centro de operaciones. Se enfrentarían por primera vez en la carrera del Sol, en la París- Niza. Pogacar impuso su ley, marcó territorio y venció con claridad. Algo que no perturbó a Vingegaard. El objetivo capital estaba todavía a varios meses vistas. Quedaban muchos kilómetros por delante.

La querencia por España ha sido una de las notas destacadas del año triunfal del danés. La Vuelta al País Vasco se convertía en el objetivo primaveral. En la etapa de Villabona consiguió etapa y un liderato que fue afianzando, hasta proclamarse triunfador absoluto de la Iztulia y encasquetarse la tradicional “txapela” en el podio de Éibar

Se iba afianzando, a pesar de su carácter enigmático, en contraposición al alegre y mediático Pogacar, que continuaba con su senda triunfal por las clásicas belgas. 

Llega el Tour de Francia

El Tour más esperado y comentado de la última década empezó en el País Vasco. Dos semanas antes la puesta a punto para el gran combate  en Dauphiné había consolidado su posición de defensor del título. Vingegaard gestionó la reválida con precisión inteligente. Mantuvo la calma a pesar del exitoso arranque de Pogacar. Con su imperturbable rostro escondido detrás de sus gafas de sol, observaba a sus adversarios, en apariencia mucho más desenvueltos.

Vingegaard fue reconocido como el mejor ciclista del año, con la distinción Velo d’Or

Hasta que llegó la gran dama del Marie Blanque. Un rampón de cuatro kilómetros que tendría un significado trascendental en el transcurso del Tour de Francia. La escasa diferencia se fue extendiendo como una mancha de aceite, sin que nada ni nadie pudiera contenerla. Y ello empero intentarse hasta la saciedad. Pogacar se vaciaba día sí, día también, buscando cualquier resquicio de flaqueza en su antagónico adversario. Imposible. Pertrechado por una guardia pretoriana encomiable, Vingegaard aguardó  hasta Combloux para lanzar su órdago memorable. 

La pírrica diferencia de segundos que había defendido transmutó en una minutada de encomio. La crono que sembró el danés en la Alta Saboya quedará inscrita en los anales del ciclismo histórico. Los registros marcados por Vingegaard rozaron la perfección. Las comparaciones le elevaron hasta la calificación de excelso. Los parámetros eran sobrehumanos. Si Pogacar había volado, lo de Vingegaard era estratosférico. 

De nuevo, España

La ambición de Pogacar ― apodado el Caníbal ― había encontrado su homólogo en el danés. Sorprendió a pesar de haberlo anunciado meses antes, cuando confirmó, en calidad de ganador in pectore del Tour de Francia, su presencia en La Vuelta. 

Habitualmente, los últimos ganadores del Tour daban por finalizada la temporada con la foto en los Campos Eliseos, Alguna carrera más podían disputar, pero de ahí a inscribirse para luchar por la Vuelta,  con la presencia de rivales como su compañero de equipo, Primoz Roglic ganador de tres ediciones de la Vuelta y último vencedor del Giro, ya eran palabras mayores.

Su presencia y segundo puesto engrandeció a La Vuelta y a su figura ciclista. 

Ganó Kuss, el candidato más querido de la afición. Justo merecedor de la casaca roja. Sin embargo, todos sabemos que el más fuerte de la carrera fue Jonas Vinegaard. En el ciclismo no siempre gana el más potente, en ocasiones, suceden imponderables que condicionan la carrera. Dentro de muchos años, se escribirá que, en el 2023, en una Vuelta a España, el mejor corredor del momento,  doble ganador del Tour y con el reconocimiento de todos, supo respetar los cánones del ciclismo, priorizando el respeto debido por delante de la avaricia, ganándose  así la admiración imperecedera

Foto: Diario de Noticias y Ciclismo Internacional 

 

Sobre Fernando Gilet

El Rutómetro de Fernando Gilet. Blog personal | IG @fernandogilet | Opinión, comentario y análisis de la actualidad ciclista de allí y de aquí con un toque muy personal.

Deja una respuesta

*

Acepto la politica de privacidad *