Luis García Plaza y su cuerpo técnico tienen las horas contadas al frente del Mallorca. Pablo Ortells recibió, tras la derrota ante el Espanyol (1-0), la autorización desde Phoenix para el cambio de entrenador ante grave dinámica de resultados que ha hundido al equipo en la zona de descenso a Segunda División. Con el parón de selecciones, el director deportivo podrá disponer de un mayor margen de tiempo para encontrar el relevo adecuado.
Sarver y Köhlberg autorizan a Ortells iniciar la búsqueda de un sustituo para García Plaza.
Reacción
La condición impuesta por la propiedad que encabeza Robert Sarver y preside Andy Köhlberg ha sido que el nuevo inquilino del banquillo de Son Moix acepte que su tarea se centre exclusivamente en las nueve jornadas que restan para lograr la permanencia. Este condicionante no es un detalle menor si tenemos en cuenta que, a día de hoy, el mercado de entrenadores de primer nivel solamente se comprometería con una empresa así de complicada si, además de este tramo final de temporada, firman por la siguiente. Incluso estando en Segunda División.
Revulsivo
Ortells, además, debe acertar también con el perfil. Un entrenador que sea capaz de aterrizar en el seno de un vestuario dividido y enfrentado para revertir el mal ambiente y agitar el estado anímico, además de aunar fuerzas ante un objetivo que, más allá de lo futbolístico, solamente se logrará con la unidad y el compromiso de todos y cada uno de los integrantes de la plantilla. Incluso también debe ser un personaje que transmita con su mensaje y discurso las energías renovadas necesarias hacia un entorno que vive sumido en la frustración y ha perdido la confianza y la fe en sus futbolistas.
Cuenta atrás
Las próximas horas que se avecinan serán claves para despejar la incógnita de quien ocupará el puesto de un García Plaza el cual, antes las reiteradas preguntas sobre su continuidad, siempre ha reconocido que aceptaría con profesionalidad la decisión que se tome desde Estados Unidos. El madrileño no ha ocultado su agradecimiento por la oportunidad que le brindó Ortells y la entidad de poder volver a entrenar en España tras varios años en banquillos de países como China, Arabia Saudí o Emirato Árabes.
LGP no es responsable de la falta de gol. El buen entrenador debe provocar que se presenten ocasiones de gol, y, éstas se han dado en los ultimos partidos en suficiente cantidad para que algún balón entre. Lo que no puede evitar es que Baba pierda el balón en un contrataque halládose el equipo adelantado. No, LGP no es responsable, simplemente, quienes deben meter el balòn en la porteria contraria, no lo logran. Y quienes debe evitar que entre en la nuestra, no lo hacen. Aunque, lo lógico es que pongan a otro. La duda está en la elecciòn. No hay ninguno con suficiente talla en el mercado, en estos momentos. Otra cuestiòn es la planificación de la dirección. Los parches son siempre malos. No funcionan.