La Volta a Catalunya 2025 será recordada por el duelo entre Roglic y Ayuso, y por el recorte de la sexta etapa provocada por unas rachas de viento huracanado en las cotas más altas que se tenían previsto ascender.
La decisión no fue del agrado del organizador. Rùben Peris, al acabar la jornada, no tuvo pelos en la lengua y manifestó su resignación con rotundidad: “No se puede hacer nada, si el corredor no quiere correr, no se corre y ya está.”
Cierto es que no fue el mismo caso de Mallorca. Allí ni tan siquiera se llegó a correr. El plante fue total. En Berga se hizo un apaño. Se recortó la etapa, dejándola en apenas veinticinco kilómetros, diseñando un recorrido alternativo. Un paripé con coartada.
Algo se está tramando
El suceso reabre el debate. Algo se cuece en el pelotón. Un nuevo orden pretende implantarse a costa del espectáculo y de la tradición. Urge que la UCI tome cartas en el asunto antes de que la situación sea irreconocible.
A la era dorada que vive el ciclismo le ha salido un grano que conviene tratar antes de que se convierta en un tumor maligno. El ciclismo no existe sin organizadores, patrocinadores, ayuntamientos, y un sinfín de personas y empresas que facilitan que los ciclistas compitan profesionalmente en las carreras que los primeros consiguen organizar.
Sin organizadores no hay profesión. Los organizadores no pueden quedar a expensas de una decisión unilateral de los ciclistas.
De igual manera que la seguridad del ciclista es una prioridad, la defensa del organizador debería estar a la misma altura. Unos sin los otros no pueden sobrevivir.
La solución pasa por los comisarios. Dotarles del mayor poder de decisión a costa de sanciones correctoras para los insumisos. Entretanto, los ciclistas mantengan la potestad absoluta en cuanto las circunstancias meteorológicas se compliquen más de la cuenta, los organizadores estarán siempre a expensas del hombre del tiempo, generando inseguridad: la peor amenaza que puede sentir un patrocinador.
Roglic sigue dominando
La carrera fue un mano a mano entre Roglic y Ayuso. Un segundo de diferencia era el que mantenía el alicantino con el esloveno cuando la etapa final de Barcelona se disponía a dictaminar ganador.
Finalmente, Roglic se hizo justo merecedor de la victoria. Un triunfo que recodará, en palabras del doble campeón de la Volta. El cariño del numeroso público una de las notas alegres de la edición.
Roglic, Ayuso y Enric Mas completaron el podio.
Roglic mantiene sus galones, suma una nueva vuelta de una semana a su extenso palmarés, y aclara que tiene metralla para seguir dando mucha batalla en este 2025.
Ayuso refrenda su inicio de temporada. Quizá le faltó la etapa que se llevó el viento. Como a Mas, que, según sus precedentes, suele esperar al último tren para decir la suya.
Nunca lo sabremos. Lo que es evidente es que la Itzulia volverá a brindarnos una nueva y diferente oportunidad. Las carreteras escarpadas y de media montaña con las que cuenta la geografía vasca es la siguiente cita del, calendario, pero antes, el calendario nos traslada a la fiesta flamenca del ciclismo: el Tour de Flandes.