El RCD Mallorca ha cubierto sus expectativas con éxito consolidándose en LaLiga y también en el capítulo de ingresos por publicidad con unos espectaculares números. El departamento que encabeza Juan Serra ha superado los tres millones de ingresos sumando la publicidad estática y dinámica. Esta cantidad podría verse ligeramente incremenada si se consigue la clasificación para el PlayOff en concepto de dinámica. A esta brillante gestión solo se la puede penalizar por el hecho de no haber logrado rebautizar el estadio con un nombre comercial. Se ha negociado con algunas compañías de ámbito nacional pero sin acuerdo final. Las exigencias del consejero delegado, que es quien está al frente personalmente de cada delegación, se ha mostrado firme a la hora de hablar de cifras.
Molango ha vuelto a hacer gala de su misericordia indultando Serra, el último conspirador en el club.
Brotes verdes
El club, tras el batacazo de su paso por la Segund B, dejó de ingresar casi un millón y medio resintiéndose especialmente en el de las vallas a nivel de terreno de juego al no emitirse los partidos a nivel nacional se ingresaron 500.000 euros. Una cifra desorbitada para la categorá. A los patrocinadores, sponsors y colaboradores hubo que cobrarles la mitad de lo que pagaban en Segunda. Es destacable la capacidad de minimizar el impacto con los clientes y convencerles de que no salieran corriendo. Una labor que desempeñó con un éxito sin precedentes Juan Serra. El director de marketing del club es uno de los pocos supervivientes de la refundación llevada a cabo por Maheta Molango. Serra estuvo desde el primer minuto del inicio de la reestructuración en la lista negra, pero los números le han salvado hasta hoy al cumplir con los objetivos.
Refundación
Serra, hermano del añorado Tomeu, lleva media vida en el club. Hasta la llegada de los americanos había funcionado por libre sin apenas tener que rendirle cuentas a las propiedades más preocupadas de sus guerras de poder y engordar la deuda de la institución. Serra hacía y deshacía a su antojo en el club. Era el jefe de otro de los cortijos que demsmontó con la refundación. Fue uno de los ejemplos de un empleado, en este caso ejecutivo, que se servía del club. Al saber moverse en los despachos se le otorgaron, o en otras ocasiones se permitió algunas licencias inadmisibles en cuestiones que nada tenían que ver con su cometido de comercial. El eterno director comercial fue uno de los grandes conspiradores del club metido en todas las guerras de poder y sobreviviendo a todas hasta hoy.
Indultado
Su cartera de contactos con empresas locales, a las que tiene la capacidad de seducir para que formen parte de la nómina de patrocinadores, ya sean de pago o mediante intercambio, lo mantienen en su despacho ante el aosmbro de todos los que han sido despedidos tras el descalabro. Tras una época difícil con Molango, Serra ahora solo se ocupa y preocupa de lo suyo y de lo que debe dar cuenta al jefe cada lunes. Ha dejado de ser un brazo armado de las propiedades para aquellos disidentes con el régimen del que siempre formó parte en su expresión más funesta. Molango ha vuelto a hacer gala de su misericordia indultando al último conspirador superviviente.
Portada: Serra y Molango en la zona VIP de Son Moix (TTdeporte).