Si el Mallorca mantiene esta dinámica se hablará con mucha frecuencia de partidos catalogados como finales. Es muy pronto ya que apenas se han jugado siete jornadas y el domingo llega la primera. La desconfianza y el pesimismo se han apoderado del mallorquinismo tanto dentro como fuera del club. No es para menos con lo que se ha visto junto a los desoladores nñumeros que presentan los de Vicente Moreno. Será el domingo al mediodía ante el Espanyol en Son Moix. Que, por cierto, sigue sin nombre comercial. Algo que me sorprende cuando Maheta Molango ha logrado vender hasta el último rincón del estadio.
Tras el Espanyol llega otro parón de dos semanas. Será, para algunos de los que menos juegan, su última oportunidad.
No se integran
De no lograr los tres puntos ante los pericos, inmersos esta semana en la Europa League por tierras rusas, será el momentos de encender todas las alarmas. Los futbolistas, como mínimo el núcleo de confianza del míster, lo tienen claro y son conscientes del antes y después que va a marcar el resultado de la primera final. Preocupa el grado de implicación y responsabilidad de muchos de los nuevos futbolistas que andan despistados y poco integrados en el grupo. Algo que no sucedía desde el descenso al fútbol amateur. A este importante aspecto debemos señalar que su trabajo diario no ha convencido al cuerpo técnico.
Inadaptados
La exigencia de Moreno es demasiado alta para futbolistas que vienen de ligas o clubes con otra filosofía o metodología de trabajo. El estricto orden del día del técnico no va con ellos. Solamente dos jugadores criados en el Real Madrid y FC Barcelona, como Aleix Febas y Take Kubo, han sido capaces de acoplarse sin problemas a la forma de vida que propone el valenciano. Tampoco muchos de ellos han demostrado en Son Bibiloni un nivel muy superior a los hombres de máxima confianza del entrenador como ha quedado demostrado.
Mercado
Está claro que Javi Recio debe estar trabajando de cara al mercado de invierno. No será fácil buscarles equipo o devolver a los cedidos con unas estadísticas horribles en Primera. Tampoco será sencillo conseguir algún primer espada que acepte venir a jugar a un equipos si no hay un cambio de tendencia y con muchas papeletas para descender a Segunda. Tras el partido llega otro parón de dos semanas para trabajar mañana y tarde, como le gusta a Moreno, en régimen militar. Será para algunos su última oportunidad.
Portada: Molango saluda a los futbolistas tras el calentamiento en Son Moix (LaLiga).
