En Cádiz y en Palma se vive una semana de gran incertidumbre. Los dos equipos, medios de comunicación y aficionados intentan buscar la lectura positiva para afrontar con éxito sus respectivos partidos del domingo. Ya sean las estadísticas de la temporada, estados de ánimo del rival, cambios, rotaciones y la aparición de chicos que suben del filial, movilizaciones de aficiones o las restricciones en el número de entradas para los visitantes.
Creo que el escenario es apasionante y con un final impredecible. Es cierto que el Mallorca parte con ventaja, pero pueden pasar muchas cosas. Que marque el Cádiz primera, que el Alavés no salga a competir y se deje llevar, que los aficionados locales quieran pasar cuentas con sus futbolistas que han descendido.
Mallorca y Cádiz se juegan el domingo, a las 20:00 horas, la permanencia en Pamplona y Vitoria respectivamente.
Para mí el estado de ánimo que se respire en Mendizorrotza, desde la llegada del bus que será el primer medidor de lo que se pueden encontrar los jugadores de Julio Velázquez y Jaume Mut, puede marcar el partido.
El Cádiz jugará más alegre, con ilusión y a por todas. Ya están descendidos y su hoja de ruta es fácil. No les sirve el empate ni ganar si el Mallorca también lo consigue. La clave es saber quien marcará primero. De hacerlo los de Aguirre tendrán mucho ganado en tranquilidad, algo que lo que no van sobrados, y bajará la presión y la ansiedad. De ocurrir lo contrario y se adelantan los gaditanos primero o, peor todavía, lo hace Osasuna; los mallorquinistas podrían no saber superar la situación y bloquearse.
Irregulares
El equipo de Sergio González se presenta con mejores números como visitante. Ha ganado cuatro partidos por solamente dos el Mallorca. En empates también han sido mejores, seis por tres los rojillos. Lo que deja un balance en 18 partidos de ocho derrotas por trece los isleños. Son mejores los andaluces que incluso han recibido catorce goles menos. Interesante números para hacerse un perfil del Cádiz lejos del Carranza. El domingo se juntan dos equipos por un mismo objetivo, la permanencia, que han sido incapaces de mantener una regularidad y equilibrio entre sus apariciones en casa y como visitantes. Los gaditanos han ganado solamente tres partidos en casa y el Mallorca, siete.
Escenarios
No estamos ante partidos de cero a cero. Tienen que moverse los marcadores y eso está en manos de Negredo (siete goles), Lozano (5), Sobrino (4), Lucas Pérez y Álex (3) en el Cádiz. Nada que ver con la sequía del Mallorca. Vedat Muriqi y Salva Sevilla, con cinco cada uno. Lo cual habla de lo que ha sido la temporada, por si sirve como argumento, que debería tenerse en cuenta. Tampoco ante unas citas a vida o muerte, futbolísticamente hablando, no se tienen que descartar situaciones incontrolables como decisiones arbitrales, VAR o alguna baja de última hora por covid.
Efecto Sadar
Del rival del Cádiz ya hemos hablado. Del estado anímico de Osasuna poco hay que añadir a lo que cualquier aficionado sabe. El Sadar es un estadio muy complicado donde cualquier rival sufre. Su grada está entregada a pesar de no jugarse nada, pero que quieren celebrar una gran campaña. La cual, por cierto, solamente con la mancha de haber ganado solamente cinco partido en casa y empatado siete. Estos flojos números deben ser también tomados en cuenta y se unen, además, de que Arrasate ya ha anunciado que mínimo cinco jugadores del filial que han subido a Primera RFEF, estarán en la convocatoria. Sin olvidarnos de Budimir, insultado, menospreciado y proscrito por los aficionados barralets en su día cuando se negó a jugar.
