Como en todo hay varias maneras de ver las cosas. Esa es la esencia de un debate. Por eso existe uno que varía todo el rato, dependiendo de cómo avance la actualidad mallorquinista y cual sea su último resultado. ¿Se puede salvar el Mallorca? Tenemos varios tipos de percepciones. El primero es el que denominaremos ‘el broker’. Es aquel aficionado que, como la bolsa, depende de si gana o pierde el equipo de una semana a otra puede hablar de salvación o de planificar la temporada en Segunda División, independientemente de la jornada que sea. Luego encontramos ‘el ciego’. Es aquel que pase lo que pase, para bien o para mal, siempre ve esperanza y cree que se salvará. Sé de uno que cuando el Mallorca bajó a Segunda B aun creía que se iba a salvar.
Todos tienen su razón de ser y no hay uno más mallorquinista que otro. A fin de cuentas, si la pelota entra, todo son risas.
Exigentes
Por otro lado no puede faltar ‘el doctor no’. Todo le parece mal, vaya como vaya el Mallorca siempre responde negativamente a la pregunta “el Mallorca conseguirá…” da igual lo que vaya después. También tenemos a ‘el inconformista’. Este caso se aplica sobre todo en tema de fichajes. Si Javi Recio fichase a Leo Messi, a este aficionado le abordarían las dudas sobre su contratación. También es aquel que si se ficha a un jugador es un paquete hasta que se demuestre lo contrario. Por supuesto, no podemos olvidarnos de ‘el Maldini’. Es aquel que cuando el Mallorca tiene un bache ve una fácil solución y se indigna si no se hace al momento. Obviamente cada semana le suelen cambiar esos argumentos. Pero es normal, él lo sabe todo.
Pasivos
Afortunadamente también hay un tipo de aficionado que lo llamaríamos ‘el observador’. Es aquel que como no sabe, no habla, y simplemente observa lo que sucede, deja pasar el tiempo, y cuando ya han sucedido suficientes cosas opina. Este no suele meter la pata, pero no da mucho juego en Twitter. Y finalmente está el ‘el feliz’. Lo llamo así porque es el que menos preocupaciones tiene con el Mallorca. Entre semana no mira nada de fútbol y se limita exclusivamente a ir a ver jugar a esos once jugadores que juegan ese año en su equipo. Incluso en algún momento la cogerá Salva Sevilla o Lago Junior y preguntará al de al lado “¿Quién es ese?”. A mi me va bien cualquiera de ellos, creo que todos tienen su razón de ser, y no hay uno más mallorquinista que otro. A fin de cuentas, si la pelota entra, todo son risas.
