El fútbol de Tercera ha tocado fondo y así lo reconoció Miquel Bestar, presidente de la Balear y vicepresidente de la RFEF. El nivel futbolístico es muy bajo y la asistencia de público es ridícula. Con la venta de entradas y el sorteo de un jamón apenas alcanza para pagar el arbtitraje. El grupo balear no engancha ni a los futboleros del pueblo o del barrio. Prefieren la tertulia de café viendo, entre amigos y consumiciones, los encuentros de Primera o Segunda. El último ejemplo lo vivimos en el partido de Copa del Rey entre Poblense y Ontinyent. Lo que debía ser una trobada para la gente del futbol de ca nostra se quedó en una partido a puerta cerrada. Ni entrenadores, jugadores ni directivos aparecieron por el municipal pobler.
Sin calidad y con este triste panorama, es mejor jugar a puerta cerrada en Tercera.
En la UVI
Hace unos años era famosa la frase de que solo íban al partido los padres y las novias de los futbolistas. Acutalmente, ni eso. El fútbol de Tercera aburre y solamente lo viven con intensidad los futbolistas que se divierten practicando su deporte favorito. Entrenadores y directivos sufren mientras que, el público, ha dejado de creer en este fútbol por la incomodidad de los campos. Las entradas a diez euros ha sido la puntilla para este fútbol modesto que está en la UVI y que nadie, como también reconoció Bestard, encuentra la fórmula para que vuelva a interesar. Hay que elogiar a presidentes y directivos que, gracias a su esfuerzo, mantienen las constantes de los clubes. Aunque también es cierto que muchos están meditando entregar las llaves.
Amateurismo
¿Qué empresa puede invertir un euro en un club de Tercera que no sea por el compromiso o el cariño hacia la institución de su pueblo? No son capaces ni de gestionar la imagen y puesta en escena al poner la comunicación en manos de voluntariosos entusiastas que, de fora desinteresada, gestión está mejorable área, hoy en día vital. Demasiado amateurismo en nuestra Tercera, tanto dentro como fuea del terreno de juego. Y vuelvo a repetir, los únicos que se salvan son los cuerpos técnicos que ejercen como profesionales y responsables. La federación debe reinventar esta categoría con una atractiva propuesta para todas las partes y salir de este aburrimiento en el que está inmerso. El invento de la ProLiga de intentar imitar hasta el logo de la LFP ha sido, al menos en Baleares, un fracaso. Lo que viene a demostrar que mover ficha en Tercera no debe ser fácil, pero algo hay que hacer y con urgencia. Sin calidad y con este triste panorama, es mejor jugar a puerta cerrada.
Portada: Futbolistas del Poblense conjurándose ante una grada vacía (Fútbol Balear).