Pienso que no debe de existir el más mínimo debate en relación a la obligatoriedad de vacunación contra el covid 19 para los mayores de 12 años si quieren participar en competiciones federadas. Me ciño al ámbito del deporte y de la enseñanza porque, como padres o tutores, el sentido común y la responsabilidad con los niños debe estar por encima de negacionismos y otros miedos infundados. Un crío de doce años, por hablar de la edad obligatoria que el Govern exigirá a partir del arranque de las competiciones, no tiene poder de decisión. Con lo cual el apoyo a la política de vacunación queda en manos de la coherencia de sus padres.
Algunos padres están dispuestos a judicializar la obligación de tener que vacunar a sus hijos para competir.
Actuar y proteger
La inmensa mayoría, que es silenciosa, lo aprueba y cierto es que, con cierto temor pero por el bien de su hijo y el del resto de compañeros de equipo y rivales, aceptan la vacunación. Es cuestión de tiempo, según los médicos y científicos, que el virus llegue a los más jóvenes. Algo que ya está pasando y que muy pronto los niños serán un nuevo foco de contagio que hay que frenar. Colegios y clubes de cualquier disciplina deben actuar y proteger a los más pequeños para que puedan seguir con su día a día académico y deportivo.
Desestabilizadores
Como siempre ocurre la aparición de unos pocos ruidosos, como es el caso de algunos padres dispuestos a judicializar la obligación de tener que vacunar a sus hijos para entrenar y competir, están desestabilizando la campaña promovida por el Govern y aceptada por las federaciones deportivas. En TTdeporte ya avanzamos unos días atrás que comenzaban a aparecer padres que han adoptado una postura radical con un no rotundo a vacunar a los menores. A estos tutores negacionistas hay que recordarles que el perfil de contagios hospitalizados, UCI y fallecimientos son personas no vacunadas. Es cierto que la incidencia sobre niños es mínima pero esta tenderá a bajar la edad.
Justos por pecadores
El Govern debería mostrarse duro con los niños que no presenten el certificado de pauta completa y no permitirles tramitar la licencia federativa. Se tratará de una medida triste para los niños y niñas que, por una decisión ajena y equivocada, paguen las consecuencias de no poder disfrutar con sus compañeros y amigos de la práctica de su deporte favorito. La sanidad pública ni la Conselleria de Salut tomarían una decisión de la importancia de una vacunación infantil sin todas las garantías para nuestros pequeños. Pensando siempre en su salud y en la de los otros. Yo, como padre de un menor, cuando le corresponda no fallaremos a la cita con la vacuna. Su ilusión por jugar al fútbol no se la puedo quitar pero, por encima de todo, está su salud y hay que vacunar a toda la población.
La Federación no dejará sin ficha a los niños o jugadores que no se vacunen, si lo hace sabes cuantos equipos pueden desaparecer?, sabes la cantidad de dinero que se dejaría de ingresar? Por eso no querrán perderlo y seguro que encontrarán una solución que no les perjudique.