Representan la parte más amarga del ciclismo. Cuando arranca una carrera, los prolegómenos van siempre acompañados de deseos de suerte y de algo más reservado que sobrevuela y está presente en el ambiente, y que, aún a sabiendas de formar parte del montaje, es un hecho temido que obliga a querer evitarlo en cualquier circunstancia. […]