A Vicente Moreno se le puede aplicar aquello de ser un hombre con paciencia franciscana tras ver como ha manejado el Mallorca este mercado de invierno. Solamente sus valores, educación y respeto hacia los demás han frenado al míster a la hora de valorar el trabajo de Maheta Molango y Javier Recio que, cuanto menos, ha dejado muchas sombras durante el mes de enero generando críticas y crispación. El episodio de fuga protagonizado por el sudafricano Bongan Zungu quien, tras aterrizar en la isla y apenas permanecer doce horas, volvió a subirse al avión acompañado de su representante de regreso a Francia. Pero esto no es lo más grave que ha sucedido.
Moreno añadió en rueda de prensa gasolina al incendio diciendo que la prensa maneja más información que él.
Ignorado
Lo criticable es apurar hasta el último día para cerrar un fichaje cuando has tenido días para negociar y cerrar la cesión. Posiblemente el agente del jugador tenga mucha culpa de lo sucedido al jugar a dos bandas, como siempre. En esta última semana hemos visto casos similares de fichajes o cesiones rotas cuando parecía todo cerrado en grandes clubes. Lo de Zungu no es una excepción. Estas situaciones no dejan en buen lugar a nadie pero forman parte del negocio del fútbol profesional. Moreno sabe que pocos se acordarán de lo mal que se ha hecho para reforzar la plantilla y que el primer culpable de que no se obtengan resultados será él. El enfado del entrenador con la política de fichajes viene de la pretemporada. Lo de ahora es solamente la confirmación de que poco o nada cuenta su opinión. Él mismo declaró en rueda de prensa “no opino del mercado” añadiendo gasolina al incendio diciendo que la prensa maneja más información de la que él sabe.
Desconocimiento
Es toda una declaración de guerra fría entre Moreno y la cúpula las declaracionesdel técnico que, desde la serenidad pero contundentemente, ha querido dejar claro su papel en esta película que, con estos argumentos, lleva camino de no tener un final feliz entre los protagonistas. Con una crisis abierta de esta magnitud no se debería pasar por alto el papel de la propiedad desaparecida y que ha cerrado el grifo. Sarver y su socio Kohblerg han dicho basta. Una vez más los americanos demuestran que el fútbol no es su fuerte con un profundo desconocimiento de como funciona y de cuando hay que tomar decisiones estratétigcas y clave en momentos como ha sido no ampliar el capital para reforzar su mayor activo que es seguir en Primera. Solamente la paciencia de Moreno puede salvar a Sarver, Molango y Recio de las críticas de la afición a los que deberían estar agradecidos.