Después de haber vivido en una nube durante las dos últimas semanas, el próximo domingo arranca de nuevo la liga para los dos equipos palmesanos. Digerida la victoria mallorquinista sobre el ATB, que incluso hizo olvidar en que liga juegan, llega la hora de volver a tragar el polvo de la Segunda B. Los de Sarver van a jugar hasta el final del campeonato para ascender. Los balearicos, en cambio, para no descender. Sin duda un panorama muy diferente pero, a su vez, interesante.
Volckmann no toma nota de lo bien que le van las cosas a Sarver tras haber refundado el club.
Al golpe recibido por los blanquiazules en Son Moix hay que sumar la pésima gestión deportiva en este mercado invernal de su director deportivo. Ello presagia una segunda vuelta llena de incógnitas empezando por las dudas que genera su técnico Horacio Melgarejo. El ATB lleva equivocándose en casi todo desde que acabó el PlayOff de ascenso de la pasada temporada. En el área deportiva hoy el equipo está en descenso a Tercera y el mensaje institucional al exterior se basa solamente en las obras del Estadio Balear.
Paliza rojilla
El Mallorca ya les goleó en pretemporada en estas dos importantes y claves áreas de un club de fútbol casi. La paliza rojilla es bochornosa. Los de Molango les pasan por encima en todo. Hasta el extremo de sacarla una ventaja de 26 puntos en la clasificación. Los fichajes de invierno han sido jugadores top que han aceptado jugar en Segunda B por el proyecto de futuro y músculo económico americano. Ingo Volckmann tiene graves problemas a la hora de convencer a jugadores para incorporarles al solo poder ofrecerles dinero y no un proyecto deportivo a medio plazo. Pero no es este el único motivo que frena a jugadores a fichar por el ATB. Hoy se sabe todo y las formas de como se maneja la cúpula balearica no gustan a los profesionales del fútbol, ya sean jugadores o técnicos.
Estafadores y especuladores
Una verdadera pena que el propietario alemán no tome nota de lo bien que le van las cosas a su homólogo americano tras haber refundado el club. El líder del Grupo III, no solamente lo es en la clasificación sino también en imagen, abonados, comunicación y credibilidad. Algo fundamental en una categoría donde se mueven estafadores y especuladores con total libertad. El domingo todos volveremos a la dura realidad de un campo de fútbol con césped de plástico, con apenas un centenar de aficionados y con poco interés mediático. Pero los puntos valen igual que los que se jugaron en Son Moix con 12.000 aficionados, 40.000 euros en taquilla y 200 periodistas acreditados. Se acabó el sueño para todos.