Lo mejor de este 2018 es la buena gestión de club que ha experimentado el RCD Mallorca con la mayoría accionarial americana. La brillante marcha del Mallorca no es casualidad. Hay una gran tarea, brillante diría, detrás de la refundación desplegada por Maheta Molango. Ello no garantiza resultados, pero sí ayuda a que todo fluya. El consejero delegado le ha permitido manejar los hilos de la sociedad anónima y tomar decisiones, a veces impopulares, pero necesarias y que se justifican porque nadie mejor que él maneja la información interna.
Es necesario recuperar un enlace que ejerza de faro y enlace el escudo con la sociedad civil.
Representatividad
Deportivamente no se puede pedir más. Pero, a la institución, le falta un “alcalde”. El Mallorca es como ese municipio de diez mil habitantes, los socios que tiene, que necesita la figura de un referente en el cual identificarse. En otros tiempos estaba Bartomeu Beltrán en la presidencia o Ramón Servalls como director de relaciones institucionales. Este “alcalde” no tiene por qué tener poder de decisión dentro del consejo de administración. Me basta con que sea una figura representativa.
Enlace
Se me ocurre que, después del partido, le pasen una lista de los abonados que no acuden a Son Moix habitualmente. Su tarea debería ser dedicar la semana a llamar o tomarse un café con ese grupo de mallorquinistas que han dejado su asiento vacío. Preguntarles cuales son sus objeciones, escuchar propuestas y atenderles como se merecen después de un lustro de calamidades deportivas y sociales. Es una tarea árdua y complicada pero es necesario recuperar un enlace que ejerza de faro guía para iluminar y enlazar el escudo con la sociedad civil.
Portada: Molango departiendo con peñistas en la presentación de las equipaciones en Illestas (TTdeporte).