La situación que nos deja el mercado de invierno es rocambolesca. Vicente Moreno pedía unos refuerzos para encauzar su escenario en la clasificación y la entidad quizás no lo ha entendido así o ha traído otros elementos que ha querido. Es evidente que la masa social no está contenta y se sorprendió por las palabras del entrenador, que siempre ha sido muy respetuoso, dejando claro que existe una situación de ruptura en la comunicación con el club y que las cosas no funcionan como deberían.
A los abonados les gustaría saber, por parte de la propiedad, por qué se ha llegado a este punto al no ver refuerzos.
Nadie da la cara
Es totalmente comprensible que los mallorquinistas quieran escuchar por parte de alguien de la propiedad -Sarver, Kohlberg o Nash- qué está ocurriendo y qué ha ocurrido en esta ventana de fichajes. Es cierto que el club les pertenece pero existen unos abonados que les gustaría saber por qué se ha llegado a este punto al no ver refuerzos. La derrota ante el Valladolid ha dejado muy fría y triste a la afición que ha estado en todo momento con el equipo.
Evitar el desastre
A los jugadores no se les puede pedir más. Lo han dado todo en estas temporadas con dos ascensos. Después de tantos sacrificios para llegar hasta Primera desde el infierno del fútbol de bronce, la entidad debería haber hecho un esfuerzo para mejorar la plantilla. Lo hemos visto en otros equipos de la categoría arriesgando su patrimonio para evitar el desastre. Desde el prinicipio sabíamos que iba a ser muy difícil la permanencia un año más en Primera con todo lo que costado regresar tras años de sufrimiento. La máxima categoría no perdona ningún error.