Sin apenas tiempo para saborear la victoria más importante de su carrera como entrenador, Toni Amor afrontaba un nuevo día de entrenamientos con el Club de Fútbol Monterrey. A pesar de que en la madrugada del jueves al viernes los Rayados conquistaron su quinta CONCACAF Champions League, la liga de México no para este fin de semana. El conjunto regiomontano se impuso al rey de copas América, con siete títulos, gracias al solitario tanto de Rogelio Funes Mori. El mallorquín es el segundo entrenador del mexicano Javier Aguirre y, en su staff técnico, hay otro isleño como es el fisioterapeuta Tomeu Llabrés.
Tomeu Terrasa: ¿Ya ha podido digerirlo?
Toni Amor: El subidón es tremendo. Para nosotros era un reto porque teníamos la presión añadida de jugar en nuestro estadio. Esta competición ha sido impoluta porque no hemos perdido ningún partido con seis victorias y un solo empate. Vencimos al equipo con más títulos, al Cruz Azul que fue el último campeón de México y al campeón de la liga estadounidense Columbus Crew.
A priori no eran favoritos…
Las cosas no nos salían en liga como esperábamos pero los jugadores estaban convencidos de ganar la final. Es verdad que hay muchos internacionales y las fechas FIFA nos merman. Nos faltaron entre siete y nueve jugadores. Jugamos cada dos o tres días y está siendo muy complicado. Muchos jugadores fueron a Tokio y a la Copa de Oro acumulando muchos partidos.
Poder compartirlo con mi familia ha sido muy especial porque han pasado diez años desde que salí de Mallorca.
¿Cómo se vive una final continental?
Es una repercusión parecida a la de Europa. Todo el mundo quiere ganarla y la llaman la “copa que más brilla”. Este triunfo ahora nos da la oportunidad de jugar el Mundial de Clubes y es un valor añadido. Pero debo reconocer que no será fácil ganarlo.
Ya conoce bien los Emiratos Árabes Unidos…
Seguramente se jugará en Abu Dhabi y volveremos donde viví varios años. Poder compartirlo con mi familia ha sido muy especial porque han pasado diez años desde que salí de Mallorca. Han pasado muchas cosas. Casi todas buenas y algunas más complicadas.
¿Cómo se despierta uno el día después de lograr un éxito de esta magnitud?
Mi mujer me ha puesto la medalla en el cabecero de la cama para que cuando me despertara me diera cuenta de que esto no ha sido un sueño. Quien tenga un sueño que lo luche por él porque puede cumplirse.
¿Qué es lo primero que les ha dicho a su mujer e hijos en el estadio?
Que esto es nuestro. Un proyecto de familia. La CONCACAF la hemos ganado los cuatro. Estuvieron conmigo tres años en Dubai y ahora estamos en un buen sitio, nos han tratado muy bien. Fue emocionante cuando el árbitro pitó el final, mirar a la grada y ver a tu familia llorando. Solamente nosotros sabemos lo que hemos sufrido, las horas de soledad y no tener equipo. Yo sé que soy difícil de aguantar así. El punto fuerte ha sido de mi mujer.
Las cosas no nos salían en liga como esperábamos pero los jugadores estaban convencidos de ganar la final.
¿Cómo lo ha vivido Javier Aguirre?
Al final todo somos personas y él ha sufrido mucho. Su repercusión en Mñexico es muy grande. Yo le admiro porque guarda la entereza en todo momento. Ver como maneja el grupo es hacer un máster diario. Es enriquecedor estar con él a diario.
Se percibe que confía mucho en ustedes como staff.
La verdad es que desde el minuto uno me dio mucha confianza ya en Leganés. Le estoy tremendamente agradecido. Es de alabar la tarea de Tomeu Llabrés en el área de fisioterapia porque hemos tenido muy pocas lesiones. Somos una familia y en eso Aguirre es un maestro de cómo llevar el vestuario y el staff. Saber reírnos ayuda a pasar los momentos malos como en Leganés y esperamos que en Monterrey este título sea el primero de muchos.
