Soy de los que piensa que hay que celebrar, por todo lo alto, el ascenso del Mallorca. Recuerdo que en mi etapa en comunicación del club preparamos los fastos del décimo aniversario de la final de Birmingham. En 2009 el presidente era Mateu Alemany. Cuando le presentamos la propuesta, su respuesta fue clara y tajante: “este club no celebra derrotas”. Afortunadamente, al cabo de unas horas, cambió de opinión. Fue un acto solemne en el cual logramos reunir a casi toda la plantilla de la temporada 98/99 con Cúper a la cabeza.
La celebración del ascenso debe ser festiva y aliviar al mallorquinismo tras esta larga travesía en el desierto.
Salir del pozo
Digo esto porque creo que los éxitos tienen que celebrarse. Es cierto que muchos opinarán que, al fin y al cabo, el Mallorca solamente regresa a una Segunda División que hace unos años ya era una penitencia. Pero, sobre todo, hay que pensar en la cantidad de clubes históricos que, una vez descendidos a Segunda B, les ha costado Dios y ayuda volver. Son los casos de Oviedo, Cádiz, Racing o Tenerife entre otros. Lograr volver una temporada después, es un éxito al alcance de muy pocos y es un mérito que debemos alabar y disfrutar los que nos consideramos mallorquinistas de pro.
Despegue
Maheta Molango y su gente también tienen derecho a celebrar con alegría este hito. Cuando llegaron se encontraron un club despedazado el cual lograron salvar milagrosamente en Zorrilla. Rectificar es de sabios y el CEO lo ha demostrado esta temporada refundando el club en cada una de sus principales áreas. Los elementos más nocivos que nos llevaron al pozo del fútbol español ya no son un lastre para que esta institución centenaria vuelva despegar rumbo a la categoría que jamás debió abandonar. Debe ser una celebración festiva que alivie al mallorquinismo tras esta larga travesía en el desierto. Bus descapotable, rua por Palma, recepción oficial en las instituciones y que los jugadores se bañen en las Tortugas. Como dijo Joaquín tras la goleada bética en el Pizjuán: “el que llegue a su casa antes de las cinco de la mañana tiene multa”. ¡Que no falte de nada!
Portada: Escenario donde los futbolistas del Mallorca celebraron el título de Copa en 2003 (As.com).