Acabados los fastos a Joan Mir, nuevo campeón del Mundo de MotoGP, es el momento para una serie de reflexiones lejos del estrés y la euforia de los momentos vividos por el piloto y su entorno. Sin duda el que mejor ha llevado la otra carrera que arrancó en el mismo instante de proclamarse campeón ha sido el propio Mir demostrando serenidad y normalidad ante una avalancha de entrevistas con medios especializados, eventos comerciales y programas de televisión en prime time de varietés líderes en audiencia. Los mejores periodistas deportivos y comunicadores del país han querido compartir minutos con el campeón el cual, durante una semana, no ha parado. Pero, como él mismo comentó, “esto es lo que toca y me siento feliz disfrutando del momento”.
Mir lleva por bandera la discreción. No creo que el éxito se le suba a una cabeza que tiene bien amueblada.
Oportunistas
Tras su desfile mediático, el mallorquín se ha ganado al gran público quien ha descubierto al chico que nosotros hace años que conocemos. Es un tipo entrañable, cercano, sincero y casi siempre con una sonrisa hasta que le nombras a los Lorenzo padre e hijo. Personalmente me parecieron de mal gusto y oportunistas las apariciones de ambos. Primero de Jorge en la rueda de prensa por videoconferencia del expiloto como si tuviese que ser quien bendijera el título de Mir cuando jamás ha existido relación entre ellos. Tampoco ha gustado el protagonismo que se ha adjudicado Chicho como descubridor y entrenador. Algo que el propio piloto de Suzuki ha tenido que puntualizar.
Conexión
El mejor del mundo de la categoría reina en 2020 lleva por bandera la discreción. Algo que se agradece y más en los tiempos que corren. No creo que al palmesano el éxito se le suba a la cabeza que, por cierto, la tiene muy bien amueblada. Mención especial merece Pedro Mas. El expresidente de la Balear de motociclismo lideró la organización del homenaje del piloto en nuestra isla demostrando una gran complicidad con Mir y los medios de comunicación locales. Algún jefe de prensa, ahora denominados directores de comunicación, deberían aceptar una master class impartida por Mas sobre la conexión entre la estrella y la prensa de su tierra, clave para mantener el nexo con su gente.