Las bocinas y sirenas acompañan el vocerío del público. Los ataques incesantes se multiplican, complicando el comprender qué está sucediendo.
Carapaz y Enric Mas son los grandes artífices de la jornada. Vuelven a ejercer el papel de valientes, unos corredores que osan forzar lo que la razón invita a desistir. Son los protagonistas de la fuga del día.
Enric Mas aprieta su formidable dentadura que refleja la consumación de un físico exprimido por un esfuerzo sobrehumano. Por detrás se aproxima el tren de los colosos. Las opciones, por mera lógica, son cada vez más reducidas. Los empeños se retuercen al mismo tiempo que se desvanecen las ilusiones. Lo intentan y reintentan. Se adivina que hay dos ciclistas cuya ambición no tiene mesura. Ya están aquí.
Enric Mas afirma haberse redescubierto como ciclista. Su final del TDF ha sido brillante.
Pogacar y Vingegaard son dos líderes grandiosos que se respetan y admiran. Alguien siembra la duda. ¿Cederá Pogacar el triunfo al danés? La incógnita se resuelve enseguida. El maillot amarillo es insaciable. Lo que más le gusta en este mundo, al que arrolla con su juventud, es la victoria. Ansía levantar los brazos en solitario y sumar su quinta etapa en este Tour, apuntado a la sexta en la jornada que clausurará una carrera ejecutada a la perfección.
Pogacar, virtual ganador del TDF’24
El Tour del 2024 solo tiene un nombre: Pogacar. El esloveno ha reinado de forma implacable. Su superioridad ha sido indiscutible. Este año será Niza, y no los Campos Elíseos, el escenario en donde se entronizará al campeón. Una contrarreloj marinera, que pretendía rememorar la icónica de 1989, despejará la última duda; ¿en este Tour, existe el ciclista que sea capaz de ganar a Pogacar?
Foto: Agence Zoom – Le Dauphiné Liberé
Artículo publicado el 21 de julio en la edición de Ultima Hora Mallorca