El día treinta de diciembre suena a cierre de ejercicio. Remanso, balance, última página de un almanaque con sus días mejores, sus días manifiestamente mejorables, y otros, que son mejor olvidar.
Un año entero de vida, de experiencias, de batallas. Porque la vida es lucha, que escribió Voltaire. Un ciclo que concluye y que, al día siguiente, estrena un nuevo horizonte que recorrer y agradecer.
Este cuaderno ciclista, el libro de ruta donde se anota el anuario de los momentos más trepidantes y emocionantes del calendario, llega a la última página del último capítulo.
Un año entero de apogeo, cuando descubrimos que es un vocablo que deriva de Pogacar. El año perfecto para un deportista que consiguió todo lo que se propuso. Tarea harta complicada en palabras de muchos otros que fracasaron en el intento.
Se cierra un 2024 que será recordado como el año perfecto para Pogacar.
También fue un año olímpico. Los deportistas limpiaron el borrón del aquelarre inaugural, si bien nos quedó el sabor amargo de algo que no fue todo lo que un día se imaginó. Quedémonos con la exhalación de satisfacción de Evenepoel ante la Torre Eiffel, levantando su bicicleta al cielo en señal de majestad y esplendor.
Otro recuerdo imborrable fue la victoria de Van der Poel en Roubaix. La bruta bestia conseguía su segundo triunfo consecutivo en el memorial de los monumentos. Sesenta kilómetros de escapada, al uso del año que acaba, y que fraguó cuando todo parecía encaminado a resquebrajarse en Mons-en-Pévèle. En el tramo de Orchies derribó cualquier ortodoxia, venciendo como solo lo hacen los escogidos.
El artículo escoge algunos de las victorias más relevantes del año que termina.
La carrera más difícil del año tuvo el mismo protagonista que el Tour de Francia, el Giro de Italia, el Giro de Lombardía y la Lieja- Bastogne- Lieja.
La carrera perfecta la protagonizó el hombre del año: Tadej Pogacar. Rememoró un ciclismo primitivo con una calculadora en su mente y una central eléctrica en sus piernas. Más de cien kilómetros de escapada es algo que no se veía desde los tiempos inmemoriales de Fausto Coppi. Convirtió el campeonato del mundo en una obra maestra.
Pasamos página y estrenamos un nuevo libro con todas las páginas en blanco. Feliz 2025.