El domingo, después de la brillante victoria del Mallorca ante el Real Madrid, me fijé en el tratamiento que Marca y As daban del partido desde la capital. Los blancos habían perdido su primer partido de liga, el Barcelona era el nuevo líder y los rojilos habían estado inmensos disputando un partido para enmarcar y poner en vídeo a los futuros entrenadores de cómo tiene que hacer un equipo humilde para dañar al equipo de Zidane. Nada ha cambiado después de siete años alejados de los grandes rotativos capitalinos.
Quizás hubiese estado mejor explicarle al madridismo cómo y por qué el Mallorca de hoy le ganó a su equipo.
Ninguneados
El Mallorca, sus futbolistas, técnico, ni los 20.000 aparecieron por ninguna parte. Decidí sentarme después de comprar el pan a desayundar en la misma panadería y traté de hojear con serenidad rebuscando una alabanza, opinión o análisis sobre el fenómeno futbolístico de este grupo de humano llegados del Planeta Segunda B. Pero nada. Mientras tanto, en la cafetería de Santa Ponça, no se hablaba de otra cosa que de la victoria del Mallorca. Ni siquiera escuché nada de la boda de Nadal. Es inadminisble tener que leer que el Mallorca se había enfrentado al Madrid B, según un pontífice que sigue al laureado club de Florentino Pérez. Está claro que periodísticamente es el Madrid quien hace vender periodicos y subir las audiencias de radio y televisión.
Ignorados
Pero, detrás de esta derrota, existe una maravillosa historia de valores, esfuerzo y superación de una gente en la que también incluyo a una afición que hace poco más de año y medio estaba en Segunda B. La historia de los dos ascensos consecutivos, el regreso a la élite por la puerta grande de la mano de una personaje como Robert Sarver que debe ser, hasta hoy, el único propietario extranjero que ha demostrado tener éxito real más allá de dinero y estrategia empresarial. Quizás hubiese estado mejor, cómo mínimo, explicarle al madridismo como y por qué el Mallorca de hoy, que nada tiene que ver con el de los años gloriosos de títulos y Champions, le ganó a su equipo. Pero está claro que eso no interesa ni vende. Nadie podrá borrar del mallorquinismo lo sucedido la noche del 19 de octubre de 2019.
Aquest pic si, bon article.