Con el ascenso sobre la mesa, a falta de la firma y el sello de LaLiga para oficializarlo, entramos de lleno en las especulaciones sobre como será la plantilla de la temporada 2021/22. Se vislumbra un largo verano de culebrones con nombres de futuribles traspasos y cesiones. No tiene pinta que la propiedad está dispuesta a invertir en comprar ni fichar. Quiero pensar que el mallorquinismo ya ha aceptado esta política de Robert Sarver y sus socios con la excusa del famoso tope salarial.
Alguien tendría que explicarle que lo de volver a ascender la temporada siguiente no es lo normal ni lógico.
Miedo
Es cierto que no es solo cosa de la planta noble Son Moix. La mayoría del resto de clubes modestos están llevando a cabo esta estrategia. Pero en el fútbol ni en la vida se puede vivir o sobrevivir de préstamos. Hay que invertir y en el fútbol actual hay pánico a la hora de echar mano del talonario. Entiendo a las SAD con propiedades frágiles que se sustenten en las cesiones, cambios de cromos y en los ingresos de televisión. Un gran ejemplo es el último equipo que pasó por Palma, el Mirandés. Para las entidades con dueños multimillonarios y extranjeros a lo que no les une ningún vínculo sentimental, en muchos casos ni tienen casa en la ciudad en la que son máximo accionistas como el caso del banquero de Arizona, resulta sorprendente que no lleven a cabo más operaciones de riesgo a la hora de las contrataciones.
Insostenible
Quizás se les debería exigir algo más. También es cierto, y ya nadie lo podrá cambiar, que el fútbol profesional es una industria y un negocio donde se vende un producto puro y duro. Donde el aficionado mantiene el romanticismo de que un club es un sentimiento que se lleva muy a dentro. A los americanos se les vuelve a presentar una nueva oportunidad de oro con el regreso al paraíso del dinero, del negocio y del espectáculo que tanto les gusta. Veremos como lo negocian. Alguien tendría que explicarles que lo de volver a ascender la temporada siguiente no es lo normal ni lógico. Deberían ser muy conscientes de ello. Otro descenso sería insostenible en todos los aspectos.