Rafel Nadal ganó su cuarto US Open tras vencer a Daniil Medvedev en cinco duras mangas y tras casi cinco horas de final (7/5, 6/3, 5/7, 4/6 y 6/4). “Fue una victoria especial, volví a ganar en pista dura y el modo hace que sea inolvidable”, dijo el número dos del mundo. El mallorquín no esquivó el hecho que nunca sabe “si cada victoria era una de las últimas oportunidades porque se van acabando y, dentro de la mala suerte de la lesiones, siempre he valorado cada momento el doble”.
Fue una victoria especial, volví a ganar en pista dura y el modo hace que sea inolvidable.
Resistir
“El partido ha dado un giro radical tras perder el sexto juego del tercer set”, destacó Nadal lamentando haber dejado escapar una ventaja de break. El manacorí reconoció que su rival “empezó a jugar increíble” agregando que “no está acostumbrado a hacer tanto saque-red, cambiar a los paralelos y corrió a tantas bolas increíbles”. El campeón en Flushing Meadows asumió que “resistir el comienzo del quinto fue vital y mi gran preocupación era intentar que no se escapara en ese set mi dinámica era mala”.
A por el récord
Sobre la posibilidad de alcanzar a Roger Federer en el palmarés, el ganador de 19 grandes reconoció que juega “por mi historia” y que el debate “es bueno porque, que haya tres jugadores luchando por ello, genera interés por este deporte”. Nadal evitó generarse un exceso de presión porque “es un estado de tensión y presión que no me dejaría ser feliz”. En este sentido, el de Manacor aclaró que jugará “hasta que sea feliz haciendo lo que hago” agregando que uno “no puede predecir cuando debe retirarme” y matizó que, mentalmente, no se permite fallar porque “sino no me iría tranquilo a casa”.