Después de otro partido sin conseguir puntuar lejos de casa, ya son seis, la preocupación se ha instalado en el vestuario y el pesimismo también en la afición rojilla. El peor visitante del fútbol profesional español no ofrece señales de mejroa en sus desplazamientos. La falta de calidad y acierto en el área rival le penalizan gravemente. Todo lo que en las dos últimas campañas se convertía en gol, en Primera División sucede todo lo contrario. Las estadísticas lejos de Son Moix son de descenso. Los delanteros salen al campo con el punto de mira desequilibrado, como es el caso de Budmir. El nueve de referencia para Vicente Moreno o Abdón Prats, su relevo natural, no están nada acertados.
Seguro que si el míster tuviese el perfil de futbolista que solicitó para este curso, veríamos otras variantes.
Bajo rendimiento
Con cero puntos de dieciocho posibles, el debate sobre lo que le ocurre al equipo debe reducirse al bajo nivel de algunos futbolistas cuando no tienen el factor campo a su favor. No solamente deben ser objeto de crítica los delanteros. La inferioridad de otras líneas es patente empezando por la portería con un Manolo Reina que está mostrando carencias en situaciones concretas bajo los palo. En defensa vimos a un Joan Sastre abroncado en público por Moreno. Y así podríamos seguir. Nada nuevo de lo que el entrenador no venga quejándose desde el mes de agosto. Si a este pobre escenario se le añaden lesiones y algunas bajas, unido a un calendario como visitante muy exigente, el panorama se presenta muy inquietante. Lo más positivo tras catorce partidos jugados es que el equipo se mantiene fuera del descenso y con el promedio de puntuación necesaria para mantener la categoría calculadora en mano pero sin margen de error.
Desesperación
Vista la escasa aportación de la nómina de delanteros, las esperanzas están depositadas en el Cucho Hernández. El colombiano es un acreditado futbolista de área y que todos recordamos marcando catorce dianas en el ascenso del Huesca pero, no debemos olvidar, que en en Primera apenas sumó cuatro la pasada campaña. El aficionado sigue callado y resignado con los resultados aunque no tanto con la imagen del equipo lejos de Palma. Solamente se escuchan voces críticas entre analistas y entorno mediático hacia Moreno por su inmovilismo con el sistema que viene utilizando. Seguro que si el míster tuviese el perfil de futbolista que solicitó para este curso, veríamos otras variantes. Pero las circunstancias le obligan a seguir con la misma filosofía. Moreno no es el culpable. Su desesperación en algunos momentos es lógica y comprensible.
Portada: Moreno con semblante serio en el banquillo de Son Moix (LaLiga).