Rubén Nova está adaptándose a su nueva realidad en la isla tras recibir el alta del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. El futbolista del Andratx sufrió un accidente de tráfico el pasado verano que le provocó una lesión en la médula y le ha apartado de los terrenos de juego. El central relató después de regresar de Toledo que la vuelta a casa ha sido “emocionante por el cariño que recibo de la gente en mi pueblo y Palma” matizando que también es “difícil volver a salir a la calle después de cuatro meses en el hospital”.
La calle tiene mil barreras desde baches, rampas muy inclinadas o falta de pàrkings para minusválidos.
Independiente
Sobre esta cuestión, Nova reconoció que la calle “tiene mil barreras desde baches, rampas demasiado inclinadas o falta de pàrkings para minusválidos” confesando que “una vez te has acostumbrado a las facilidades del hospital te preguntas como se subirá un bordillo de la acera pero quiero pensar que tengo toda la vida por delante para aprender”. El andritxol aseguró que muchas veces siente que debe “pedir ayuda a los demás pero es lo último que quiero para poder valerme por mi mismo”. El zaguero reconoció también que el paso por el hospital fue “muy duro al principio porque cuesta asumir lo que te ha pasado pero a la vez es necesario para aprender a ser independiente”.
Calidad de vida
Nova comentó que no se pierde “ni un partido del Andratx” para apoyar a sus compañeros. De hecho el club le ha homenajeado pintando un mural en el campo de fútbol. El dorsal número cinco descartó “ser entrenador en el futuro” y se centra ahora en “los entrenamientos de bádminton en mi nueva silla adaptada” que recogió esta semana en Madrid. El deporte es sin duda un motor para un joven con ganas de perseverar como demostró sentenciando que su prioridad “no es volver a andar sino tener calidad de vida” y recomendó a las personas que se encuentren en una situación similar que “asuman desde el principio esta realidad y se apoyen en su entorno más cercano”.