En poco más de un mes regresa la Volta Cicloturista Internacional a Menorca, toda una declaración de la fuerza del ciclismo. Fue en El Rutómetro donde se la denominó la “última romántica”, definición que sigue retratando a tan singular prueba cicloturista.
Nuevamente, Menorca cierra una temporada. Es otra de sus características patrimoniales. El otoño temprano despide los últimos días intermitentes de plenitud, días que amanecen y atardecen fresquitos, y que, sin embargo, a lo largo de la jornada mantienen temperaturas que recuerdan los mejores días de verano, sin los rigores agosteños.
La reunión es parte del ritual. La dispersión de cicloturistas en diferentes hoteles y estancias de la elegante Mahón se concentra al repique de campanas de la iglesia de Santa Maria, que llama a la primera misa. Allí encontramos a los más madrugadores, con el maestro de ceremonias y alma de la Volta, Arturo Sintes. Micrófono en mano, animando y coreando a los asistentes como si estuviera a la vereda de cualquier carretera de un puerto mítico del Tour de Francia.
Llama la atención la cada vez más numerosa participación de mujeres. Se reúnen para compartir sensaciones. Muchas de ellas repiten y cuentan a las que debutan dónde y cómo deben dosificarse. Las rampas de S’Enclusa y, destacando, Monte Toro, no se escapan de todas las crónicas.
Veintidós ediciones de la Volta Cicloturista a Menorca han convertido la cita en obligada para los cicloturistas.
Menorca recibe cada año a miles de turistas. Cada vez son más los que descubren los encantos de la isla gracias al ciclismo. La conocida Ruta de Cavalls es una de las formas más empleadas para recorrer su litoral y descubrir rincones y parajes naturales indescriptibles. Menorca, además, está de enhorabuena. Recientemente, la Unesco ha declarado a su paisaje talayótico, patrimonio mundial. Una riqueza singular, impronta de identidad de un territorio que ha conservado los vestigios de una cultura precristiana, signo de la riqueza y antigüedad de una isla que atrapa por su belleza serena.
Invitados de lujo
Regresamos a la bicicleta, la Volta está a punto de salir, La emoción se siente en el ambiente, cada vez más festivo y ruidoso. El coche que abre la prueba arranca con música. Hasta esto se ha preparado con esmero, quizá en un atardecer estival mientras los veleros regresan al puerto natural de Mahón, después de un día de sol y mar. Arturo es un gran romántico, como la criatura ciclista que ideó hace veintidós años.
Es el momento de las fotos de rigor, previas a la salida. Este año nos vuelven a acompañar caras conocidas. Estarán, Oscar Freire y Joseba Beloki con su hijo Markel, joven promesa que viene como campeón de España de su categoría. En el corte de cinta asiste Nieves Moya, veterana periodista que, desde hace décadas, lleva escribiendo y entrevistando a los mejores ciclistas.
Acaban los protocolos con la autoridades de las instituciones locales y arranca el pelotón más multicolor del año, Cientos de ciclistas sonrientes terminan de calarse a sus pedales, y entre risas y ruidos de calas, avanzan por los adoquines de las calles mahonesas con un buen número de kilómetros y sensaciones por disfrutar.
Ya pedaleamos. Empieza lo mejor.
Inscripciones: elitechip.net