Dani Vaquer empezó a entrenar cuando era un adolescente y lleva más de dos décadas de forma ininterrumpida en los banquillos del futbol de ca nsotra. Desde los benjamines del Ramon Llull hasta el Santa Catalina Atlético de Tercera División, el técnico de Palma ha quemado todas las etapas del fútbol formativo destacando en el San Francisco y Cide juvenil además de como seleccionador balear Sub-18 durante cinco años proclamándose subcampeón de España.
Tomeu Terrasa: ¿Qué recuerda de sus inicios?
Dani Vaquer: Empecé a los 17 años en la pista de fútbol de la parroquia Ramon Llull, que ahora es un patio del mismo colegio. El difunto padre Manolo nos preguntó a un grupo de jóvenes y si alguien quería entrenar a un equipo de niños. Un amigo y yo nos decidimos y empezamos en el campo Rafael Puelles.
¿Cómo lo vivía?
Verte entrenador con esa juventud, aunque tu primera experiencia sea con niños de nueve años y en un campo de tierra, hacía que no durmieras la noche antes de un partido o se te ponía el nudo en el estómago. Era algo espectacular.
No me cierro ninguna puerta porque, si sale la oportunidad y no das el paso, puedes arrepentirte luego.
¿Qué diferencia al fútbol base del senior?
Es un fútbol distinto y más próximo a lo que vemos como referencia. Tratas con hombres, jóvenes, pero ya no son niños. Otros vienen de grandes trayectorias. La gestión y el trato humano cuentan mucho. Hay que convencer e imponerte pero desde el respeto y la educación.
¿Volvería al fútbol base?
No lo descarto en el futuro. Te llena de energía porque te rodeas de gente joven y con ganas de crecer. Pero este fútbol también te provoca noches sin dormir, darle muchas vueltas a como contrarrestar al rival con tus armas y es muy bonito. Estoy disfrutando mucho de la Tercera, me siento muy a gusto y me gustaría poder estar mucho tiempo.
¿Cómo fue su etapa de seleccionador balear?
También muy bonita. Tuve la posibilidad de rodearme de los mejores jugadores en edad juvenil aunque los días de trabajo son limitados. El Campeonato de España es muy bonito, competitivo y ves jugadores que años después están al máximo nivel.
¿Es difícil tratar con los padres de los futbolistas?
La relación con los padres en edad formativa es una. Los hay extraordinarios y otros difíciles de llevar. Cuando llegas a un club, el trato es directo con el jugador. En la selección los intermediarios eran siempre los clubes.
¿Cómo es la relación con jugadores de Tercera?
Es una categoría que se mueve por núcleos de jugadores que se llevan bien y suelen ir juntos. También hay entrenadores con experiencia que manejan estos grupos. Otro factor determinante lo marca tu presupuesto y te permite tener un perfil u otro de futbolista en la plantilla.
El trato humano cuenta mucho. Hay que convencer e imponerte pero desde el respeto y la educación.
¿Qué debe caracterizar a un futbolista de Tercera?
La ilusión, voluntad, ganas y, sobre todo, querer dar ese empujón, mantenerte y evolucionar a nivel de estatus. La pasión debe ser desmesurada para mantener cuatro entrenamientos a la semana, a las ocho de la noche, dejar a la familia los fines de semana.
¿Cuál es su concepto de fútbol?
A mí me gusta ganar, como a todos. Los caminos que te llevan a la victoria son muchos. Puedes hacerlo adaptándote al rival o tener tu idea y modelo e ir hacia delante con ello sin importar nada más. Creo que el fútbol es adaptarte, esconder tus carencias y hacer fuerte tus virtudes.
¿Se ve dando el salto a la península?
Es difícil salir de aquí. Vivimos relativamente bien, a pesar de que la situación actual es anómala. No me cierro ninguna puerta porque, si sale la oportunidad y no das el paso, puedes arrepentirte luego.
