Las declaraciones de Vicente Moreno trataron de apagar el incendio que se declaró tras la pobre actuación de los futbolistas en Sabadell. Estoy convencido que en clave interna sí fue autocrítico con el vestuario y no escatimó en reproches. Si los futbolistas hubiesen jugado con la contundencia del entrenador en la banda, que incluso llegó a ver una tarjeta amarilla por pegar una patada a un balón por impotencia, otro gallo hubiese cantado.
En la penúltima jornada el equipo debería salir a limpiar la imagen delante de la afición en Son Moix.
Dan la cara
Hemos repetido muchas veces durante este curso que el colchón del Mallorca le permitía sufrir algún tropiezo como el de la Nova Creu Alta. Este margen le aporta una nueva oportunidad el domingo frente al Badalona. En la penúltima jornada el equipo debería salir a limpiar la imagen delante de la afición en Son Moix para tranquilidad de todos y en deuda especial con los que viajaron a Sabadell, se mojaron y pasaron frío sin poder regresar con una alegría a casa. No debería enrarecerse el ambiente porque el equipo ha dado la cara en los momentos importantes de la temporada. Más allá de la imagen, cierto.
Sin miedo
Solo faltaría que el Mallorca no gane el domingo y tenga que ir a jugársela a Zaragoza. Otras cosas más graves se han visto en el mundo del fútbol. Ni era normal una diferencia de trece puntos en mitad de la temporada ni tampoco lo sería tener que ir con el miedo en el cuerpo las próximas jornadas. Esta temporada ya hemos vivido algunos ejemplos de despistes como en Cornellà. En Sabadell pasó algo parecido porque se empezó a preparar mal el encuentro, se entró mal y el primer tanto tempranero lo delató. Estoy convencido que Moreno no se esperaba jamás que todos los planteamientos se le desmoronaran en un escenario idílico.
Portada: Futbolistas del Sabadell celebrando el Sanchón ante el Mallorca (@CESabadell).
