El Mallorca ha dejado de tener comportamiento de equipo grande. Lo tuvo hasta hace poco cuando, sin hacer la cosas del todo bien, conseguía empatar o ganar. Perdió en Cornellà, en casa ante el Ebro y este fin de semana en Paterna sin meter una marcha más en la primera parte. Cuando quiso hacerlo, ya no le dio tiempo. La ventaja de doce puntos se ha quedado en la mitad en seis jornadas. Pero lo cierto es que Villarreal B y Elche no han aprovechado para acercarse más al líder.
Moreno será fiel a su idea y ello pasa por lograr tener a 14-15 jugadores en plena forma dentro de un mes y medio.
A una carta
El rendimiento debe ir en línea ascendente, seguro. No puede durar tanto el mal comportamiento colectivo por el mal rendimiento individual de cada pieza. El entrenador debe detecar cual es el mal principal de aquí al final. Queda todavía un mes y medio. Sinceramente no creo que haya problemas para terminar primero del Grupo III. Pero ojo, no llegar bien y no aprovechar la primera bala para ascender puede ser contraproducente. Sobre todo el hecho de lograr sobreponerse a la desilusión de tener que seguir compitiendo cuando ya te veías en Segunda. Es por ello que el partido de ida de la repesca es el más peligroso porque los campeones de grupo eliminados suelen seguir en shock emocional.
Variedad
Este año he echado de menos que el Mallorca varíe su propuesta sobre el terreno de juego. El equipo se ha vuelto muy previsible y los rivales ya conocen su esquema de juego. Al principio se conformaban con sacar un punto frente el líder con un planteamiento defensivo. Ahora ya hay contrincantes con la aspiración de sacarle los tres puntos. También creo que en el PlayOff el equipo será previsible. Moreno será fiel a su idea y ello pasa por lograr tener a 14-15 jugadores en plena forma dentro de un mes y medio. Deberá dar descanso a algún futbolista importante o hacer planes específicos de trabajo físico con otros.
Portada: James encarando la portería rival en Son Moix (RCDM).
