Ya está aquí el Tour con todo su esplendor y grandiosidad. Un puzle de calor, oropel y gestas imaginadas que en breve se convertirán en realidad. El Tour de Francia es la competición ciclista más esperada del mundo. La estética y la poesía confluyen en los gestos y actitud de los ciclistas llamados a la gloria. Ganar el Tour es convertirse en mito. Los escenarios elegidos siempre consiguen envolver cada crónica en una obra de idiosincrasia mitológica, y a sus protagonistas en unos Zeus, Heracles, Apolo, Poseidón…, Paris.
Mucho tiene que ver el origen de la carrera. Fue creada para ser leída después de una guerra sin armas. La Vélo y L´Auto Vélo entraron en un litigio por la palabra ‘vélo’, que en castellano se traduce por ‘bicicleta’ La derrota de L´Auto en el conflicto lingüístico acabó siendo un éxito efímero de su rival periodístico. Porque a los pocos días, los franceses desayunaban con un titular que cambiaría la historia del ciclismo después de leer en su portada “El Tour de Francia, la mayor carrera ciclista del mundo”. Se tuvo que esperar a un 1 de julio de 1903 para que en un café llamado Au Reveil Matin, sesenta ciclistas inaugurasen la primera la Gran Dèpart del Tour de Francia. L´Auto floreció y La Vélo cerraba un año después.
Favoritos
Si una batalla mediática fue la génesis del Tour, lo que nos aguarda en las próximas semanas no será menos. En tierras danesas, paraíso del ciclismo urbano, arranca una edición que dilucidará si la era Pogacar es dogma incuestionable. Un tercer triunfo consecutivo del esloveno consolidaría el dominio absoluto de este ciclista, que ha detonado los plazos clásicos de maduración y que ha propiciado la irrupción de una nueva generación de valores, que, por el momento, ha noqueado las opciones de quienes, por edad, estaban llamados a ser los únicos protagonistas.
Más de 3.349 kilómetros por delante para convertir las fantasías de una infancia en crónicas para la eternidad.
Desde aquella etapa de la Planche de les Belles Filles en el 2020, el binomio Roglic-Pogacar es sinónimo de espectáculo. La estación del Alto de Saona protagonizará el estreno de todas las batallas a librar. Se ha esperado mucho para verlos nuevamente juntos en carrera. Si bien Roglic ha jugado al despiste dejando caer que su objetivo es La Vuelta, Jonas Vingegaard es el caballo ganador del Jumbo-Visma para este Tour. Iniciada la carrera, sabiendo cómo concibe el ciclismo el triple ganador de la Vuelta, es más que probable que se reviva lo que tantas veces se ha visto en el Tour cuando un equipo tiene dos favoritos en sus filas.
Trabajo en equipo
El abanico de candidatos a mito es amplio. Los equipos traen sus mejores galas a la Grande Boucle. Insisto en Jonas Vinegaard, no tan solo por sus excelentes condiciones en la alta montaña y porque tiene acreditadas las opciones de poner en dificultades a Pogacar, sino porque cuenta con unos compañeros de equipo de gran nivel. Un auténtico equipazo. Las abejas del Jumbo-Visma y la estrategia de carrera que diseñen influirán decisivamente en lo que pueda acontecer.
David O´Connor ya fue cuarto el año pasado y es otro de los nombres, entre muchos. El australiano tiene un perfil ideal para esta carrera. Además, tiene buenos domésticos a su servicio como Jungels, Cosnefroy o Bouchard. Un equipo polivalente, que siempre tendrá hombres por delante dispuestos a ganar etapas y ayudar a su jefe de filas. Volvemos a poner en valor al equipo.
El Tour lo gana un hombre, pero sin compañeros comprometidos no tiene nada que hacer. Para la elección de los favoritos El Rutómetro se basa en la sociedad que configura la excelencia en el ciclismo moderno. Una verdad que impele a incluir al Ineos Grenadier en cualquier candidatura. La experiencia y sacrificio de Geraint Thomas y Adam Yates se unirá a un emergente Daniel Felipe Martínez, un conjunto con sobresalientes y suficientes credenciales para anotar sus dorsales y estrechar las vigilancias.
Ilustres y prometedores
La retahíla de nombres es muy amplia. Alternando ilustres y prometedores, resuena Nairo Quintana, que después de un gran inicio de temporada y estar acompañado por un equipo todo terreno, seguro exigirá nuestra atención cuando llegue la hora de la verdad.
Un hombre del que se espera mucho es de Vlasov, el ciclista de bandera blanca. El Bora ya la lío en el Giro y tiene ganas de más. De mucho más. Y con este ruso tiene el candidato perfecto. Escoltado por un bloque compacto, con el intimidante Leonard Kamma de escudero principal, el ciclista hoy apátrida, es junto a Roglic y Vinegaard la amenaza más importante al reinado de Pogacar. Vlasov es un firme candidato a tenor de sus excelentes registros en lo que llevamos de temporada. Cuando el asfalto miré al cielo, nos aseguraremos de esta previsión.
La calma de Mas
No veremos muchos españoles en Copenhage. Pero hay uno que está entre los favoritos. Enric Mas sumará su cuarto Tour, es decir, un aval de experiencia nada desdeñable. Partirá con la tranquilidad de saber que ha renovado su compromiso con Movistar, algo que debería quitarle bastante presión. La misma que la inflige la afición y que ha condicionado su trayectoria en la élite del ciclismo. Dos segundos puestos en La Vuelta y un Top- 5 en el Tour son haberes muy destacables. No me cabe ninguna duda de que Enric Mas estará entre los mejores. De ello dependerá en gran parte el nivel que muestren sus siete compañeros de equipo. Correrán con una exigencia añadida inédita. Su equipo tiene que sumar puntos para mantener la categoría en la primera división del ciclismo. Unzue está nervioso.
Tour de Europa
Con la bandera roja en carrera, la primera semana nos deparará etapas llanas, por consiguiente, rápidas y peligrosas, con vientos del norte que pueden provocar abanicos; tramos con adoquines y mucha media montaña de desgaste, emulando las clásicas primaverales de las Ardenas. Jornadas ideales para degustar las exhibiciones de los trotones Van Aert y Van der Poel, sin eximir ni olvidar los riesgos de unos días eléctricos que atraen inevitablemente montoneras y caídas.
Empieza un Tour de Francia que casi es un Tour de Europa. En cuatro naciones diferentes rodará el pelotón más selecto de la temporada. Más de 3.349 kilómetros por delante para convertir las fantasías de una infancia en crónicas para la eternidad. Empieza la carrera más bella, la de hermosa figura, diseñada para elegir un nuevo rey para el ciclismo. El nuevo Paris que conquistará la ciudad a la que dio nombre.