Se cumplió el guion. Menos mal de la cabalgada de O’Connor por la serranía malagueña de Yunquera, que nos animó toda la segunda semana y parte de la tercera, frente a la incógnita de comprobar si los Roglic, Mas y compañía serían capaces de recortar la diferencia conseguida gracias al despiste general del pelotón en la sexta etapa.
Lo de O’Connor merece un sombrerazo y un aplauso de pie. Su gesta ha sido la gran animadora de una Vuelta exigente en su recorrido, pero a la que le ha faltado, según mi parecer, más batalla por parte de sus protagonistas.
Las carreras las hacen los ciclistas. Es un axioma tan repetido como cierto. Y no se puede decir que no existiera oferta. Sin embargo, esta ha sido excesivamente previsible. A medida que O’Connor iba perdiendo la renta obtenida, en gran parte debido a la soledad con la que se ha tenido que enfrentar al mayor reto de su vida deportiva, las cartas estaban exageradamente marcadas.
Gran parte del entretenimiento de la Vuelta ha sido conocer hasta cuándo y dónde aguantaría Ben O’Connor.
A favor hay que referirse a Enric Mas que lo ha intentado y se ha “vaciado”, según sus propias palabras. A quien lo da todo, no se le puede pedir más. El mallorquín es otro que ha estado excesivamente solo. Es un problema que el Movistar se tiene que hacer mirar. No es ni la primera ni la segunda vez que vemos algo parecido.
En cualquier caso, cuarto podio para el ciclista mallorquín, un caso verdaderamente insólito en la historia del ciclismo. No recuerdo ningún corredor con tantos podios en una gran vuelta y con una única victoria de etapa en su activo.
Lo del Kern Pharma representa la gran satisfacción española de La Vuelta’24
Si el equipo telefónico se va de vacío de esta Vuelta 2024, no sucede lo mismo con el ciclismo español. Se sumaron cuatro victorias de etapa, tres de ellas con ciclistas del equipo navarro del Kern Pharma, y otra merecidísima de Marc Soler en los emblemáticos Lagos de Covadonga. El ciclismo nacional ha ganado más etapas en esta edición que en las últimas cinco.
Roglic imperat
Roglc imperat, gran dominador de la edición, oculto y mortífero en los momentos claves, ha corrido con el rutómetro de la carrera en la cabeza. Se ha visto un Roglic más prudente, más calculador, esquivando su mayor temor: el infortunio de una caída.
Después de tres años de espera, consigue el anhelado cuarto entorchado, igualando a Roberto Heras, y con visos de convertirse en el mejor ciclista de la historia de La Vuelta. El esloveno es merecedor de conseguirlo. Sus triunfos han evolucionado como ha ido madurando su ciclismo. Ha ganado cuatro de sus seis participaciones.
Roglic encarna una era de La Vuelta. Un hito que ya es para siempre.
