Todavía se escucha el eco de lo sucedido a lo largo de la semana pasada. Fueron ocho jornadas de ciclismo intenso – contando la Challenge femenina– , no exentas en muchas ocasiones de emoción, a pesar de encontrarnos en los albores de la temporada.
Las ansias de carreras se percibieron desde el primer momento. Las medias que impusieron los ciclistas fueron vertiginosas. Nadie puede decir que el pelotón sesteara y dosificara sus esfuerzos. Una muestra son los 48 kms/h de media que alcanzaron los ciclistas en la primera hora de la segunda jornada de montaña, la que finalizó en el Port de Andratx después de recorrer toda la Serra de Tramuntana.
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El buen clima acompañó. . Así como la edición del 2023 estuvo marcada por un fuerte temporal que azotó y condicionó todas las etapas, una prematura primavera o las conocidas calmas de enero, regalaron días de sol e imágenes convertidas en una excelsa promoción de Mallorca.
Foto: Cycling-Friendly.com
Alta competencia por la victoria
Cada triunfó se trabajó a destajo. Las victorias de Carr, Magnier, Van Eetvelt, Pelayo Sánchez y Thijssen se labraron individual y colectivamente. Nadie regalaba nada, y de igual manera que fueron estos los elegidos, los finales se dirimieron en tan estrecho margen que bien pudieramos estar hablando de cualquiera de quienes fueron sus rivales.
Cada etapa de disputó por parte de los mejores equipos. Hubo podios propios del Tour de Francia.
El más regular de estos últimos fue Alexander Vlasov. El ciclista de Bora los intentó en tres de las cinco etapas, quedándose con la miel en los labios por unos apurados metros finales. El ruso volvió a intentarlo como hiciera en el 2021, no obteniendo el premio final pero consiguiendo el reconocimiento general del aficionado.
Otro que se mostró activo e inquieto fue Brandon Mc Nulty. Los hombres de UAE lo intentaron también con Marc Soler. Finalmente, la jornada en la que más invirtieron en la victoria, la etapa que unía Pollença y Port d’Andratx, se la birló el Movistar Team dirigido por Chente Garcia Acosta con un poderoso Pelayo Sánchez.
Hijos de padres ciclistas
Otra de las anécdotas que nos deja la Challenge del 2024 es culminación del relevo generacional de padres ciclistas a sus jóvenes vástagos. El ciclismo siempre ha sido muy familiar. La abnegada dedicación y sacrificio que requiere la vida de un ciclista parece que se transmite más fácilmente en el hogar de la familia. Semeja como si la convivencia con tantas renuncias, vistas en la figura y ejemplo de un padre, sean más llevaderas. Lo mamaron y vivieron desde la cuna. Seguramente, muchos habrán nacido mientras su padre andaba por esos mundos disputando carreras. El deseo de imitar al padre fue el origen de una carrera confirmada en Mallorca.
La saga de ilustres nombres y leyendas del ciclismo vio culminada una larga trayectoria de formación con el debut en profesionales.
Markel Belokí y Pau Llaneras, hijos de los mitos Joseba Beloki y Joan Llaneras, debutaron como profesionales en esta última Challenge Vuelta Mallorca. Es habitual encontrar muchos estrenos profesionales en tierras mallorquinas. También lo hizo un tal Sean Kelly hace más de cuarenta años, y comprueben lo que cosechó después aquel rubio y barbilampiño irlandés.
Otro que sobrelleva una importante carga genética es Igor Arrieta. En su caso, el estreno del joven talento fue luciendo el prestigioso maillot del UAE. Lo intentó el vasco en el Coll de la Gramola. Una caída entrando en el pueblo le impidió mantener la escasa distancia que había conseguido en el ascenso y descenso de la Trapa andritxola.
Sagas de jóvenes de sangre ciclista, con toda una carrera por delante. Ilusiones a granel, juventud rabiosa y unas ganas de aprender contagiosas. El mejor abono para verlos crecer. Son la cosecha de una vida dedicada a ellos. La de unos padres, que además de grandes campeones, también fueron capaces de dar el relevo generacional a sus propios hijos.
Video de Marca.com
