El Bahía San Agustín afronta una nueva campaña en la LEB Oro bajo la denominación de Palmer Alma Mediterránea Palma. Con un presupuesto reajustado a la realidad de la covid-19 además de una plantilla y cuerpo técnico renovados se iniciará la competición ante el Real Canoe madrileño. A una semana del debut, Guillem Boscana pasa revista al estado de salud del club que preside.
Tomeu Terrasa: ¿Con qué animos se afronta el inicio de temporada?
Guillem Boscana: Están a tope pero, sabiendo que es un año difícil y que el recorte de presupuesto es importante, todo lo que rodea la competición es agobiante. Cada día dedicamos cinco de las ocho horas de trabajo a temas de la covid-19.
¿Está siendo la temporada más límite?
No lo sabemos porque jamás habíamos vivido esta situación. Nadie sabe cuantas oleadas más habrá o si nos volverán a confinar. La incertidumbre es lo que nos mata. Intentábamos tomar una vía para compensarlo de la mejor manera. Para mí hemos fichado al mejor entrenador de la base en España para traer a jugadores con proyección.
¿Será suficiente para los objetivos?
A nivel deportivo y económico buscamos salvar la categoría y evitar pérdidas. Y, si tengo que anteponer un objetivo, prima el económico.
¿Si la situación se alarga será insostenible competir?
Si tengo que depender de las ayudas institucionales, que este año suponen la mitad del presupuesto, no volveré a hacerlo.
¿Cuantos abonados se quedarán sin poder entrar?
El objetivo es que los quinientos abonos que salen se cubran para cuadrar el objetivo del presupuesto de socios. Bajaremos de dos mil socios a quinientos que será un éxito total. Evidentemente hay gente con miedo, otros que pasan por problemas económicos pero es más fácil llenar mil asientos que cuatro mil.
Si tengo que depender de las ayudas institucionales, que este año suponen la mitad del presupuesto, no volveré a hacerlo.
¿Cómo está el tema del protocolo con el Consejo Superior de Deportes?
Tenemos que pasar una prueba de antígenos. El precio de las pruebas PCR impedía que las pasemos cada semana. La FEB ha asimilado esta prueba de antígenos que, cuesta alrededor de cinco euros, y si da positivo entonces se tiene que pasar una PCR. Pagar 2.800 euros a la semana era inasumible.
¿Se entiende que en el Palau pueda entrar público y no en Son Moix?
Es curioso ver las plazas de toros a reventar. Hay muchas cosas incoherentes y depende de quien manda. Las categorías profesionales que dependen del CSD son sin público y el resto, que depende de las comunidades autónomas, sí. No se entiende porque parece más peligroso un espacio cerrado.