“Ahora comienza La Vuelta”. Así de claro y contundente se expresó Enric Mas en el día de descanso, después de la contrarreloj de Valladolid. El artanenc y jefe de filas del Movistar es consciente de que llega su hora, la de la verdad.
A casi tres minutos del líder y a pocos segundos de sus grandes rivales, Enric, como buen vueltómano, tiene entre sus cualidades ser un corredor que mejora cuantos más días lleva en carrera. Sin embargo, tal y como se encuentra en la clasificación, en esta edición, no le será suficiente para lograr su objetivo. Necesita rentabilizar sus cualidades en el hábitat que mejor se le da: la alta montaña.
Llega el Tourmalet
Llegan los grandes colosos, el Aubisque, el Tourmalet, las cotas asturianas con el Angliru como icónico puerto de la ronda española, cumbres llamadas a resolver las incertidumbres de esta Vuelta. Enric si quiere ganarla o meterse en el podio de Cibeles tendrá que hacer algo más de lo que acostumbra. No le será suficiente con aguantar y esperar al último puerto. Ha de arriesgar en su estrategia. Ha de meterse o provocar la fuga acertada y sacudir la carrera para conseguir arañar a sus adversarios tiempo eficaz y rentable.
Enric necesita una hazaña. Y en concreto, la precisa tanto para ganar la Vuelta como para completar su mejor biografía. La Vuelta es su carrera, la montaña se puede convertir en su mejor aliada. Llega la hora de despegar y volar. Llega la hora de la verdad.