Andy Köhlberg se siente a gusto en el cargo de presidente del RCD Mallorca. El neoyorquino de 59 años está mucho más integrado en la institución a medida que va pasando el tiempo y se suceden los acontecimientos y se le ve más cercano a los futbolistas. Ha pasado de intentar pasar desapercibido a dejarse ver y asumir con todos los pronunciamientos su posición en la entidad. Köhlberg es un presidente con mando en plaza que sigue el día a día del club. No importa que esté en su casa de San Diego en la costa oeste de EEUU o en su ático de la Plaza de la Reina en Palma.
Köhlberg comienza a desvelar algunas curiosidades de esta experiencia que vive con el RCD Mallorca.
Cercanía
Como extenista profesional llegó a ser 142 de la ATP en individuales, aunque su mejor ranking lo consiguió como doblista. Le gusta convivir con la plantilla, viajar y compartir concentraciones transmitiendo desde la discreción al vestuario y cuerpo técnico que la propiedad está presente y, de esta manera, puede valorar con conocimiento de causa la actualidad rojilla. Poco a poco el también propietario del club, socio del máximo accionista Robert Sarver en otro negocios y vicepresidente de la franquicia de los Phoenix Suns en la NBA, comienza a desvelar algunas curiosidades de esta experiencia que vive con el Mallorca. Durante las horas previas al partido, Köhlberg no aparentaba estar nervioso y, en una distendida charla en uno de los salones del hotel, confesó que aquello que más le ha llamado la atención del fútbol es la pasión con la que lo viven los ‘fans’ (aficionados).
Mucha pasión
“En Estados Unidos nadie se enfada si su equipo no ha ganado. El deporte es espectaculo pero sin llegar a estos extremos. Tenemos otra cultura“, dijo. Tampoco entiende que exista un palco donde tienes que sentarte junto al rival. “En Phoenix me siento detrás del banquillo porque me gusta vivirlo de cerca y escuchar lo que ocurre abajo pero aquí no me dejan”, agregó. También se refirió a la presión que rodea al fútbol por parte del entorno y el aficionado. “En todos los deportes colectivos, como el baloncesto, o individuales, como el tenis o el golf, el jugador tiene presión; pero lo del fútbol aquí es exagerado e increíble”, siguió. Al presidente siempre le acompaña su esposa, quien también disfruta de vivir en Primera línea los viajes y partidos desde un segundo plano con simpatía y clase. “Aquí cenáis muy tarde, hace poco fuimos con unos amigos que tienen hijos pequeños y, al ver que les servían primero a ellos, me apunté a su mesa y cené pollo”, bromeó.
Sarver verá el ascenso
El matrimonio Köhlberg está feliz en Mallorca con su nueva casa y amistades. Acuden casi a diario al antiguo Mallorca Tennis Club y su autonomía es total. No les gusta que se esté pendiente de ellos desde el club y no descartan pasar largas temporadas en la isla. Robert Sarver estará el domingo en Palma para el partido, como comentó su socio. “El viernes tiene que estar en Nueva York por el tema del draft pero, nada más acabar el trabajo, cogerá su avión y vendrá a Palma porque tiene que ser un gran día”. Solamente me quedé con las ganas de saber si ya ha probado las llagostes del Bar Bosch.