Luchando por el ascenso, sorprende la derrota del Mallorca en Tarragona. Más si las sumamos a la derrota de Córdoba y el pinchazo en los Pajaritos. Me sorprendió que Vicente Moreno hiciese un cambio al descanso. Imagino que vio que el equipo no iba. Vi a los futbolistas alicaídos y cansados ante un equipo descendido pero que les superaba en confianza, versatilidad o control del partido. Con lo que nos estamos jugando, hay que poner un poco más.
El bloqueo se apoderó de los rojillos y llega el momento de recobrar la confianza perdida.
Sin reacción
Lo que no podemos poner en duda es la actitud del equipo. Tal vez sí salieron con exceso de confianza por la situación del Nàstic. Ello te puede llevar a la relajación como ocurría también a veces cuando yo era jugador. Llama la atención que al descanso, con el marcador ya en contra, los jugadores no lograran espolearse y salir a darlo todo. Veías que el equipo no iba. No se presionaba como era debido, tácticamente también hubo desajustes y ves similitudes con rivales de la parte alta que también pincharon en el pasado.
Sin tregua
Un equipo que está en la parte alta debe salir a por la victoria sin especular. Aunque el Mallorca esté en la cuarta posición, todavía no tenía nada asegurado. Es por ello que, por mucha ilusión que hubiese en los aficionados, quedaban puntos suficientes para quedar fuera de todo. Es una realidad posible y presente. El bloqueo se apoderó de los rojillos y llega el momento de retomar una semana de reflexión, hablar, tomar decisiones y volver a recobrar la confianza perdida. El fútbol no da tregua y este fin de semana plantea otro desafío ante el Almería en casa.
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