El escándalo Rubiales-Piqué ha dejado a la Real Federación Española de Fútbol muy tocada, pero ni mucho menos hundida. En poco tiempo quedará en el olvido este feo asunto. No veremos la imagen de Villar esposado subiendo a un vehículo de la Guardia Civil y teniendo que dimitir y pasar a vivir en la clandestinidad. Este nuevo terremoto en la todo poderosa federación ha dejado al descubierto las formas legales, pero nada éticas, de cómo se mueven los hilos en los despachos de de la sede central del fútbol nacional.
Un millón de federados y 21.000 clubes han vuelto a ver como su cúpula vuelve a estar metida en una escándalo.
Sin escrúpulos
Hasta ahora los malos eran Javier Tebas y LaLiga. Gente sin escrúpulos ni valores donde el dinero y los comisionistas se mueven en su hábitat. Pero, al parecer, con mucho más control financiero. La patronal de los clubes es una entidad privada que trabaja por y para el fútbol profesional, con el principal objetivo de obtener recursos y para ello puede utilizar todas las fórmulas legales. Aunque, en muchas ocasiones, lo haga sin demasiados escrúpulos.
La RFEF no es una entidad privada. Se trata del organismo rector del fútbol en España, tiene más de un millón de licencias, 21.000 clubes inscritos y que, una vez más, han vuelto a ver y padecer como su cúpula vuelve a estar metida en una escándalo de dinero y poder. Después de ver a Villar, a su hijos y al también mítico y de entrañable apariencia Juan Padrón ingresar en prisión; todos pensábamos que existiría un antes y un después en la gestión económica y de patrocinios. Pero ha quedado claro que todo sigue igual o peor en la nacional.
Bochorno
El fútbol profesional y el amateur están aturdidos y abochornados de las maneras, comisiones y los audios al estilo broker de un presidente que representa a uno de los grandes países del ámbito UEFA y FIFA. Por no entrar a valorar el la prepotencia del empresario-futbolista del FC Barcelona. Los dos han vendido su inocencia y legalidad en la operación Supercopa de España en Arabia Saudí. Pero lo que no podrán es borrar una lamentable imagen que han proyectado de su persona y de la federación con un presidente que ha quedado en evidencia ante el fútbol modesto.
Comentaba al principio que en días quedará en el olvido porque los primeros que deberían reprocharle lo sucedido a Rubiales son los presidentes de las territoriales, futbolistas y árbitros. Pero no será así, no ha aparecido ni uno. En la rueda de prensa del presidente, las primeras filas del auditorio Luis Aragonés estuvieron ocupadas por palmeros y súbditos. O, lo que es lo mismo, presidentes de territoriales, comités y funcionarios afines. Hay mucho dinero en dietas, sueldos, viajes y muchas influencias. En pocas palabras, lo que se conoce por guerras de poder y dinero.
