La Santa Ponça Cup afronta su cuarta edición este mes de abril, del 17 al 21 en el campo de fútbol, con las mismas ganas y entusiasmo del primer día por parte de sus organizadores. Tomás Gibert es la cabeza visible de esta iniciativa que reúne equipos de la isla y también de primer nivel nacional e internacional como buena muestra del estado de salud del torneo. Este año participarán 400 jóvenes futbolistas, entre ocho y doce años, llegando a convertirse en un evento consolidado y referente en el término municipal de Calvià.
Tomeu Terrasa: ¿Podemos decir que la Santa Ponça Cup ya se ha consolidado como evento?
Tomás Gibert: La verdad es que se está convirtiendo en un clásico y está cogiendo mucha fuerza. En un municipio como Calvià era necesario tener un torneo así.
¿Siguen viniendo clubes de renombre?
Además de los mallorquines, vienen clubes de la talla del Barcelona, At. Madrid, Sevilla, Valencia, Villarreal, Betis o Nàstic de Tarragona además del Manchester City inglés, Bolonia italiano o el Rossvale escocés.
Estamos estudiando hacer una segunda sede en Magaluf porque no caben todos.
¿Cómo ha sido el camino para lograrlo?
El primer año fuimos a tocar muchas puertas. Tuvimos la suerte que figuras como las de Pep Lluís Martí, Xisco Muñoz o Miquel Àngel Moyà nos ayudaron a contactar con Sevilla, Valencia o At. Madrid. Una vez vieron el torneo, han querido repetir.
¿Se sienten como en casa?
Estamos estudiando hacer una segunda sede en Magaluf porque no caben todos. En Santa Ponça todo es muy cómodo, el hotel está a cincuenta metros y los desplazamientos solo son al aeropuerto. A cada equipo se le asigna un monitor acompañante.
¿Los llamados ‘clubes grandes’ ponen muchas condiciones?
Nos piden hoteles de cuatro estrellas. Pero es cierto que Villarreal, Valencia o Nàstic vienen en barco. Otros como Sevilla y Betis vienen en chárter fletado por Air Europa con los padres. Eso nos permite poder invitar a dos o tres equipos más.
¿La logística es muy compleja?
Llenamos cuatro hoteles porque vienen muchos padres. Tenemos treinta monitores controlando que esté todo en su sitio. Este año viene a arbitrar las finales Rafa Guerrero y tendremos como padrinos a Salva Sevilla y Dani Rodríguez. Es mucho trabajo pero vale la pena.
Tuvimos la suerte que figuras como las de Martí, Xisco y Moyà nos ayudaron con Sevilla, Valencia y At. Madrid
Con tantos padres, ¿surgen conflictos?
Estos padres no necesitan advertencias porque vienen con otra predisposición. Además lo clubes les separan de sus hijos en los hoteles.
¿Los clubes de la isla están a la altura?
Es una gran experiencia para ellos poder medir su nivel al de los grandes de la península y los extranjeros. Le dan mucho valor a poder participar.
