No es lo que era
Los apenas dos mil aficionados que acudieron a Son Moix para ver al Mallorca ganar el Trofeu Ciutat de Palma ante el Cagliari (1-0) dejaron claro que el boicot impulsado por el Moviment Mallorquinista caló entre los fieles abonados que no se pierden un solo partido de su equipo.
El motivo fue protestar por las restricciones sanitarias que permitían un aforo máximo de cinco mil espectadores en el estadio. La imagen desangelada de las gradas fue acorde con la austera presentación de la plantilla y cuerpo técnico sin parlamentos institucionales. El actual formato está muy alejado del clásico y tradicional torneo veraniego que abarrotaba el Lluís Sitjar durante tres días con equipos punteros.