Hay que empezar a dudar de quienes venden que nuestro fútbol de Tercera está igual o mejor que el del resto de grupos. El fracaso del Mallorca B y UD Poblense en los PlayOff de ascenso a Segunda B debe hacer reflexionar a los entrenadores punteros de que algo está fallando. Tampoco ha servido al filial del Mallorca contar con una plantilla profesional como la que ha tenido Pepe Gálvez además de poder disfrutar de una infraestrcutura top en la Ciudad Deportiva. Los poblers, con su presidente Molondro al frente, tenían claro que el objetivo era el ascenso pero se han quedado fuera en la primera eliminatoria. La UD Poblense no es un club profesional sí lo es su estructura que, unido a una gran plantilla amateur compensada entrenada por Óscar Troya, fue incapaz de dar el ansiado salto al fútbol de bronce.
Estamos cansados de escuchar a buenos jugadores de ca nostra que prefieren jugar en Preferente.
Futbolistas desmotivados
La valía de los técnicos en general de nuestros equipos baleares está fuera de cualquier duda. Son gente preparada, titulada y que a pesar de no ser profesionales, todos tienen su trabajo al margen del fútbol. Su dedicación es ejemplar por muy poco dinero. Son gente que vive por y para el fútbol multiplicándose para sus clubes más allá de las funciones de téncnico del primer equipo. Los Gálvez, Troya, Mut, Martínez, López, Llaneras o Barceló dominan el mercado y conocen muy bien la categoría al ejercer también de directores deportivos. Pero algo falla y creo que debe apuntarse directamente a los futbolistas. Falta de profesionalidad o calidad al no existir incentivos económicos. Estamos cansados de escuchar a buenos jugadores de ca nostra que prefieren jugar en Preferente donde por el mismo dinero tienen menos exigencia, entrenan muy poco y no hay viajes incómodos de ida y vuelta a otras islas el mismo domingo. Al futbolista no le compensa jugar con equipos lejos de su lugar de residencia.
Miseria económica
Otro de los factores clave a la hora de fichar es, como muchos dicen, es no ganar “ni para pagar la gasolina y el desgaste del vehículo”. Se acabó hace años la circulación de grandes cantidades de dinero que salían de las cajas en B de empresarios que aportaban a los modestos clubes de Tercera. Siempre me llamó la atención ver en el parking de algunos campos de aquellos clubes millonarios de aquellos tiempos coches de alta gama que pertenecían a futbolistas. Se movían grandes cantidades de dinero y la exigencia era mayor con mejores resultados que los de hoy. El fútbol balear tuvo su época dorada con varios equipos en Segunda B. Hoy la miseria económica azota nuestra Tercera. Ante este desolador panorama poco a nada se puede hacer a la hora de los malditos PlayOff. Los otros grupos peninsulares son, se quiera reconocer o no, más profesionales y con futbolistas de mayor calidad y compromiso al rozas los clubes punteros la filosofía de la Segunda B. Los siento por nuestros entrenadores que lo dan todo. Pero sus exigencias y su preparación están muy por encima de muchos de los chicos o veteranos que entrenan. Gente que, la mayoría, lo tiene como un hobby porque lo que te pagan, cuando consigues cobrar, no te llega ni para pagar la letra del coche.
Portada: El Poblense se llevó un duro revés ante el Salmantino en el PlayOff (Fútbol Balear).