El derbi balear acabó con un empate a cero que deja a los dos equipos más cerca del fútbol autonómico. Ni Baleares ni Peña Deportiva pueden seguir siendo equipos de Segunda B. Deplorable espectáculo el que ofrecieron en Son Malferit. Después de haber visto el simulacro de partido, casi mejor que los dos clubes cedan amablemente sus plazas a equipos que propongan, como mínimo, la intención de jugar al fútbol.
Ha llegado la hora de exigir responsabilidades a Volckmann, Messow y compañía tras demostrar una gran ineficacia.
Infumable
Infumable primera parte del que se había vendido como la última oportunidad para los dos equipos de seguir con alguna opción de permanencia. No se vieron dos pases seguidos. Solamente pelotazos a la olla y muchas jugadas a balón parado con toda la ventaja para los porteros. Ello deja al descubierto que la estrategia tampoco es su fuerte. Unos primeros 45 minutos infames donde solo destacaría las ganas que le pusieron tanto palmesanos como ibicencos y que solamente sirvieron para mantener sendas porterías a cero.
Xisco y poco más
La segunda mitad arrancó con un ATB mucho más incisivo intentando imponer su mayor calidad individual con la salido al campo de Xisco Hernández a los 53 minutos tras cuatro meses en el dique seco. Apenas tres minutos después, el vasco sacaba más pólvora con Canario pero sin un referente claro en el área hasta que llegó Hugo Díaz. Las carencias ofensivas de la Peña facilitaron que los locales llevasen a cabo un dominio territorial absoluto aunque no disfrutaron de ocasiones.
A Tercera
El empate deja al descubierto las carencias de ambos equipos, confirmando sus candidaturas a ser equipos de Tercera División la próxima temporada. El fracaso deportivo del ATB es ya una realidad que deja en muy mal lugar al niño mimado del propietario, también alemán, Patrick Messow. Una pena que entre todos se han cargado una trayectoria de ocho temporadas en Segunda B. Ha llegado la hora de exigir responsabilidades tras demostrar una gran ineficacia.
