El RCD Mallorca presenta unos números bochornosos con una victoria de los últimos diez partidos, acumulando seis jornadas sin ganar y solamente habiendo sido capaces de sumar un puntos en las nueve salidas en este temporada 2019/20. Como ya comenté, el equipo está en caída libre. En circunstancias normales, el entrenador que presenta estos números al final de la primera vuelta sería cesado, si no lo ha sido ya antes. A día de hoy no parece que ello le vaya a suceder a Vicente Moreno. No porque esté por encima del bien y el mal, sinó porque de Robert Sarver al último abonado del club saben que poca o ninguna culpa tiene él de esta situación.
Solamente un levantamiento mallorquinista de protesta podría servir para un cambio de actitud en la planta noble.
Hemorragia
Algo hay que hacer para taponar esta hemorragia. De seguir así acabará con el proyecto americano de nuevo en el fútbol de plata del cual se salió hace apenas unos meses. Quizás es demasiado pronto para afrontar este reto sin unos cimientos adecuados para conseguir ser solventes en Primera. El entrenador fue de nuevo muy claro tras el partido en Granada asegurando que los jugadores “van al límite y no se les puede pedir más”. En otra frase, todavía más demoledora, el valenciano dejó claro que “se ha tocado techo y no hay más nivel”. La calidad de sus futbolistas es la que es. Son incapaces de ser regulares, algo que es clave para estar en la élite.
Inmovilismo
La plantilla del Mallorca no tiene el nivel ni la calidad. Para ser competitivos, como sí lo son el Espanyol o el Leganés, es imprescindible fichar calidad. Un cambio de entrenador, mantieniéndose el actual plantel, lo único que conseguiría sería empeorar la cosas. Con lo cual solamente restan dos opciones. Afrontar, como también he comentado, una limpieza de vestuario o dejarse desangrar. Esto sería lo fácil y barato pero, en unos meses, supondrá una situación de ruina total a nivel deportivo y financiero. Todos los indicadores apuntan que no veremos una intervención de la propiedad para revertir esta dinámica. Por los motivos que sean. Solamente un levantamiento del mallorquinismo en Son Moix ante el Valencia, a modo de protesta, podría servir para un cambio de actitud en la planta noble. A pesar del tope salarial, ha llegado el momento de mover ficha o hundirse.