No es fácil analizar un partido como el de Lugo (1-1) porque, repasando a los once que terminaron, era imposible de imaginar a principio de temporada. El Mallorca terminó el encuentro con once jugadores, que no es lo mismo que hacerlo con un equipo. La defensa fue inédita con Gámez por a derecha, Pedraza reconvertido en central, Valjent aprovechando las bajas y Estupiñán sustituyendo en el lateral izquierdo a un tocado Ruiz.
El Mallorca terminó el encuentro con once jugadores, que no es lo mismo que hacerlo con un equipo.
Desorden
La sensación general es que todo está desordenado y poco equilibrado por las muchas circunstancias que están sucediendo en el Mallorca. Expulsiones, lesionados y jugadores que Moreno está dejando de lado como, Castro o Valcarce, hacen que dé la impresión que este no es el equipo que ganó al Cádiz o empató en Elche recientemente. Vemos a un equipo que no termina de ser poderoso, tener confianza ni continuidad como en el inicio de curso.
Evitar sustos
El encuentro ha sido horrible pero, buscando cosas positivas, el Mallorca ha tenido más oportunidades en la segunda mitad para sumar más que un punto. Es cierto que los rojillos cortan la mala dinámica de Albacete, pero parece que antes todo le salía rodado a este equipo y ganaba casi sin querer, sabías la alineación de carrerilla y los jugadores jugaban de memoria. Debemos valorar el buen inicio porque, todos estos puntos acumulados, permiten evitar los innecesarios apuros clasificatorios vividos temporadas atrás.
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