Creo que es muy interesante comprobar como Vicente Moreno expresa, sobre táctica y dirección de grupos, que al principio de liga los rivales no le tenían tanto respeto al Mallorca y le presionaban arriba. Ello ha provocado que, para mejorar y dejar de ser tan previsible, haya tenido que cambiar algunos aspectos. Otra cuestión fundamental es el buen ambiente del vestuario como clave principal para un técnico que construye un equipo con éxito. Que cada futbolista se adapte a su rol es lo principal.
En este Mallorca no exsiten conflictos en el vestuario y todos compiten entre ellos por un puesto.
Aceptar el rol
El otro día leía que Robben se había enfadado porque jugaba poco en el Bayern. En sus declaraciones sostenía que si él decía lo que pensaba a Heynckes, al día siguiente le llamarían al orden en el despacho de Rummenigge. El técnico aseguraba que él siempre hace lo que cree más conveniente y enfatizando en que “los jugadores deben aceptarlo y punto”. Ahí reside la dificultad para cualquier entrenador. No es lo mismo aceptarlo y ser conformista, sino rebelarse y luchar noblemente para cambiar esa situación sin ser egoístas. En este Mallorca no exsiten conflictos de este equipo y todos compiten entre ellos por un puesto.
Sana competencia
Incluso, llegados al punto de ver como en la primera vuelta Moreno utilizaba un once tipo y lo mismos tres cambios, se decidió incorporar futbolistas para incrementar la competitividad dando salida a aquellos que apenas gozaron de minutos. Ello también ha sido un factor determinante para mantener esa sana competencia para los que ya tenían protagonismo y la savia nueva de aquellos que también llegaban al club buscando protagonismo y reivindicarse.
Portada: Vicente Moreno felicitando a sus futbolistas tras golear al Llagostera (RCDM).
