Pablo Ramón y Xavi Sintes, los juveniles del Mallorca que han fichado por el Real Madrid, se quedarán impresionados nada más lleguen a la ciudad deportiva del Real Madrid. Allí todo es muy profesional y está preparado para la máxima exigencia. Todos los técnicos tienen un control exhaustivo de tu rendimiento en los entrenamiento acorde al hecho de estar en el mejor club del mundo. Son Bibiloni, en cambio, es mucho más familiar. Es el precio que hay que pagar por dar este paso hacia adelante.
Antes de dar el salto y arriesgar, hay que ser consciente de cuales son tus cualidades y hasta donde llegas.
Asumir el riesgo
Es más fácil llegar al primer equipo de un Mallorca que en el Madrid. En la isla se intenta dar paso a un jugador de la cantera con 18-19 años. En cambio, en el fútbol base blanco, solamente perfiles muy concretos como los de Raúl o Guti llegan a la primera plantilla a una edad tan temprana. Es algo que hay que tener muy en cuenta antes de dar el salto a la capital y arriesgar siendo consciente de cuales son tus cualidades y hasta donde eres capaz de llegar. Se puede firmar durante cuatro temporadas por el juvenil madridista pero, si no das la talla tras el primer, empiezan a cederte a otros equipos.
Olimpo blanco
Tu currículum con el nombre del Real Madrid queda muy bonito pero tu trayectoria allí habrá sido efímera por el nivel de exigencia extrema donde cada día hay que demostrar por qué te han fichado. El ejemplo es Marco Asensio quien, siendo uno de los mejores de su edad, se le exige como el que más y, si ahora no juega tanto, es porque se espera mucho de él. Su caso es distinto al de los que llegan como canteranos y compiten contra los mejores de su categoría aprendiendo como va este deporte. Asensio llegó al Madrid sabiendo jugar a fútbol y debe lidiar a diario por su puesto en un once donde están los Modric, Benzema, Kroos, Bale y compañía.
Portada: Pablo Ramón frente al Valladolid en Copa del Rey (LaLiga).