Luis García Plaza muestra su cara más personal una vez ha logrado el objetivo del ascenso con el Mallorca en su primera entrevista cara a cara con un medio de la isla para Canal 4 Televisió en el programa Fora de Joc. El técnico madrileño repasa cómo ha vivido su regreso al fútbol español en la temporada tal vez más atípica de su carrera. Los episodios familiares y su visión de los mallorquines han ido de la mano de su éxito profesional calando hasta el punto de planear quedarse mucho tiempo en el club si los resultados le acompañan.
Tomeu Terrasa: ¿Ya tiene casa en Mallorca?
Luis García: La compré hace poco. Cuando llegas a un sitio eres prudente pero al final decidimos comprar pero dependeré de mis resultados. En otros sitios no tuve este sentimiento interno. Sí con el Levante, donde me sentía muy querido y respaldado y aquí también. Después de cinco años en el extranjero me apetece mucho estar estable y Mallorca reúne todas las condiciones porque puedo construir algo y me siento muy identificado y reflejado en el equipo.
¿De qué está más orgulloso de sí mismo?
De que los jugadores crean en mí nada más llegar porque venían de un entrenador que les sacó de Segunda B y tuvieron un año malo tras dos muy buenos. No era fácil. Tenía buena relación con Manolo Reina tras entrenarle tres años pero tampoco éramos amigos…
Las felicitaciones que me han hecho más ilusión son las de Güiza, Pedro León o Casquero del Getafe.
¿No es amigo de los futbolistas?
No. Fuera del campo debemos mantener la distancia. Los entrenadores debemos exprimir esa relación sobre el terreno de juego. Me gusta ser cercano para exprimir al máximo el tiempo con ellos para sacar rendimiento. A Salva Sevilla no tengo que enseñarle a golpear el balón pero si me preocupo porque esté cómodo e implicado. Me gusta ser sincero con el vestuario. Prefiero pasar un mal rato que no guardarme nada porque luego se enquista.
No le he querido preguntar por su esposa.
Está bien, gracias. Tuvo una enfermedad complicada hace cuatro años estando yo en China y fue un momento duro. Estaba allí solo. Ahora ha tenido un rebrotillo pero la gente de Son Espases se ha portado fenomenal. Me pilló en una semana clave para nosotros y me sentía que no llegaba. Me perdí un entrenamiento, nunca me había pasado y sentía que les estaba fallando a los futbolistas. Agradezco mucho la implicación de los jugadores después ganando al Alcorcón.
¿Cómo se siente usted con la prensa?
Intento no cambiar pero es inevitable cuando hay una mala racha. Incluso los medios cambian. Al principio era muy comedido pero la experiencia me dice que tengo que ser como soy y no cortarme dentro de un orden y un respeto. Entiendo a la prensa como una parte más del fútbol. Tengo buena relación con la prensa de Valencia y Getafe. Hay cosas que forman parte del vestuario pero al final los medios sois los que transmitís nuestro día a día a los aficionados.
¿Qué le ha llamado la atención del carácter mallorquín?
Al principio son gente muy expectante pero luego se abren y mucho. Tengo bastante amistad con un vecino mío de aquí, hay varios mallorquines en el equipo y al final la mayoría de trabajadores del club también lo son. Sois gente que con el tiempo lo ofrecéis todo y creo que hemos congeniado bien.
No soy amigo de los futbolistas. Los entrenadores debemos exprimir esa relación sobre el terreno de juego.
¿Alguna felicitación le ha hecho especial ilusión?
Muchas. Pero sobre todo de exfutbolsitas míos como Dani Güiza y compañeros suyos en el Getafe como Pedro León, Casquero o Valera. Fueron tres años allí pero no tan maravillosos. Luego con el tiempo se ha valorado esa unión.
¿En Primera se pondrá traje y corbata?
En Preferente llevaba chaqueta y en Segunda B ya me puso traje. Cuando salí del Levante quise darme un cambio a vestir más sport. Quizás me quiero quitar años (risas). Llegué al Elche con 33 años y era un poco chocante llevar traje y corbata todo el día. Ahora me gusta dar una imagen poco más informal.