Han tenido que pasar dos años para ver nacer una nueva peña mallorquinista. Ara més que mai lo ha hecho por la puerta grande y con todos los honores. No falló nadie de los que debían estar para oficializar, en un inteligente movimiento de diplomacia del club, el que debe ser el nuevo concepto del peñista y de la propia peña. Molango, conocedor de las intenciones de la junta directiva de Ara més que mai, dio órdenes de levantar la orden de alejamiento al movimiento peñista.
Quedó feo el silencio porque era la noche de escuchar las propuestas de los que deben ascender ante un auditorio entregado con el ascenso.
Borrón y cuenta nueva
El consejero delegado aprovechó la inauguración para reaparecer en público en un evento del entorno del club tras muchos meses sin dejarse ver. El suizo ha cambiado su política de exposición pública con lo cual, hacerlo entre mallorquinistas de “capellet de banyes”, tiene un por qué. Ha llegado la hora de fumar la pipa de la paz. El modelo actual de la Federació de Penyes está acabado y todos lo saben. Ayer, en el restaurante Rancho Picadero de la Playa de Palma, se escenificó el cambio. La creación de Ara més que mai supone un antes y un después en este movimiento. Molango tiene claro que “hay que cambiar el bombo por un trabajo social”.
Unidad
El Rancho Picadero es un histórico de la restauración fiel a la carta de celler mallorquín y ejerció de gran anfitrión logrando un ambiente mallorquinista sano, jóven, con profesionales y veteranos venerables con casi 200 socios. Vi a gente ilusionada -también algún preocupado con la situación del equipo- pero entregados con Molango y Moreno a la hora de pedirles fotos durante la cena buffet. Los dos estuvieron gran parte de la dos largas horas que duró el evento hablándose confidencias y, en otros momentos, departiendo con los invitados. El míster me recordaba que “ahora es el momento de la unidad” y me puso como ejemplo el Xerez, que lo ha perdido todo. Aficionados, ciudad e incluso los medios.
Contestí
Por su parte Molango estuvo más serio que el entrenador. Eso sí, muy atento con la señora Solivellas -presidenta de la peña- y el resto de su directiva. El CEO estuvo también al lado de Contestí. El presidente mantiene su tesis sobre la dificultat del ascenso, “está al 50%”. Le vi en plena forma disertando sobre mallorquinismo y sus valores en un emocionante discurso. Lo único que no me gusto es que el consejero no se pronunciase ante los doscientos nuevos socios de la peña Ara més que mai. Fallo de protocolo. Él y el entrenador deberían haber participado en el acto central. Ninguno de los dos quiso expresar ni tan siquiera el agradecimiento. Al club le urge la figura de, si no puede ser un presidente mallorquín, un director de relaciones externas e institucionales para estos casos. Quedó feo el silencio porque era la noche de escuchar las propuestas de los que deben ascender ante un auditorio entregado con el ascenso.
Portada: Molango y Moreno dialogando durante la inauguración de la peña Ara més que mai (TTdeporte.com).
