Parece el título de una película que cuenta la vida de un futbolista en base a sus mejores goles. Pues no. Es una de las cosas más tristes que puede suceder en el deporte: humillar al contrario. 47 a 0 fue el abultado resultado del partido de alevines entre la UD Las Palmas B y la UD Las Coloradas B. Un marcador que podemos considerar abusivo y poco apropiado en el fútbol formativo. El encuentro ya estaba 24-0 en la media parte. El segundo tiempo sumó otros 23 goles despertando la indignación en las redes sociales. Las categorías inferiores están pensadas para fomentar la diversión y valores de los niños y, por ello, en más de una ocasión se han implantado reglas que limiten el número de goles de diferencia -como pasa en las categorías formativas del baloncesto- que pueden quedar en el marcador final en un mismo partido.
No cabe en mi cabeza buscar la humillación del rival en categorías formativas.
Dedo en la llaga
La pregunta es, ¿en qué mente cabe que marcar cuarenta y siete goles al equipo contrario ayude en algo al desarrollo como futbolista de los jugadores del equipo ganador? Hay entrenadores que no tienen la suficiente formación deportiva y no son capaces de decirles a sus jugadores en el descanso: “levantad el pie, olvidaros de marcar, vamos a probar tácticas nuevas y dejemos que los que juegan menos entren en la dinámica del equipo”. Creo que no son capaces de dirigir la formación deportiva de unos niños y, por lo que se ve, al entrenador de este equipo no se le pasó por la cabeza todas estas reflexiones y lanzó sus jugadores cual leones hambrientos sobre su víctima herida. El daño que le esta haciendo a los jugadores del equipo contrario -y de rebote a los suyos- es inimaginable. ¿Qué imagen de su club estaba dando? Y, lo más importante, ¿es este el concepto de juego que quiere transmitir a sus jugadores?.
Valores
Personalmente, como padre de jugadores de baloncesto, he sufrido el cierre de marcadores ante equipos muy superiores y les puedo asegurar que duele. El deporte es así, lo entiendo. Pero lo que no cabe en mi cabeza es buscar la humillación. El deporte formativo debe buscar que los niños desarrollen unos valores, en segundo lugar la realización de una actividad física y, por último, buscar la victoria. Pero la victoria nunca es un fin sino una consecuencia del trabajo y del esfuerzo. Debo de ser un idealista…