El Mallorca llega muy bien posicionado a los últimos nueve partidos. Afortunadamente las crisis de resultados le están durando poco y, además, cuando ha cedido puntos sus rivales tampoco lo han aprovechado. Los perseguidores siempre tienen más presión porque esperan que falle el equipo que lidera la clasificación y se les exige subir el ritmo para atraparle. Cuando el equipo de Luis García ha flaqueado tampoco ha visto peligrar su ventaja. El ejemplo lo vimos la pasada jornada cuando parece que te dejas dos puntos en Las Palmas y al final le ganas uno más de renta al Almería porque venía de perder en casa ante el Rayo Vallecano.
Los mallorquinistas están en una situación idílica para las jornadas que quedan y seguramente no se lo esperaban.
Activación
El trabajo del entrenador es hacer ver a los jugadores que, más allá que el calendario pueda parecer propicio, se está llegando a la consecución del ascenso y deben activarse. Miras los nueve rivales y puedes pensar que son asequibles por su situación en la tabla pero también es cierto que, llegados a este punto, sea más complicado doblegarles porque para ellos puntuar contra el Mallorca puede ser decisivo de cara a su salvación. Irremediablemente esa necesidad les puede llevar a exponer planteamientos extremadamente defensivos dificultando, como ya hemos visto en algunos encuentros de esta temporada, el despliegue de juego que los hombres que dirige García Plaza son capaces de desarrollar sobre el campo.
Presión
Este curso el Mallorca no ha pasado tramos largos de dificultades. Los problemas han sido más de resultados que de juego como vimos con el regreso de Amath Ndiaye a la titularidad con un importante gol. Los mallorquinistas están en una situación idílica para las jornadas que quedan y seguramente no se lo esperaban al inicio de la campaña. Los que deben estar preocupados son Almería, Leganés y Sporting. Vimos a Asier Garitazo prácticamente rendirse y renunciar públicamente al ascenso directo. El deber de los madrileños, por presupuesto y nivel de la plantilla, era el de aspirar al ascenso directo. Tal vez el técnico vasco ha querido quitar presión a sus jugadores para que se centren en perseguir la tercera plaza de Play-Off y alejar la angustia que les atenaza.