Cada día que pasa entiendo menos este fútbol de hoy. No hablo solamente del que se juega en el césped sino del que se dirime en los despachos. Me resulta complicado comprender los nuevos mecanismos que se utilizan en las direcciones deportivas con sofisticados sistemas informáticos y audiovisuales con un montón de empleados, todos titulados en diferentes ramas del colegio de entrenadores, para fichar viendo vídeos desde un despacho. Técnicos en audiovisuales, informática y mucho despliegue de recursos técnicos y humanos para fichar siempre sobre la campana y a futbolistas que llegan de capa caída. Cuanto menos es sorprendente lo que ocurre en la ventana de invierno.
Antes solo en contadas ocasiones se esperaba al último día con los famosos faxes a cinco minutos del cierre.
Más auténtico
No hace mucho, cuando el Mallorca jugó casi veinte temporadas seguidas en Primera, ganaba finales de la Copa y jugaba en Europa; toda esta parafernalia no existía. Era todo menos sofisticado pero más auténtico y fiable. La responsabilidad recaía en el secretario técnico. Ahora no existe ni este empleo ni la figura porque hoy se habla de directores deportivos o directores de fútbol por no entrar en nomenclaturas anglosajonas. Con Pep Bonet o Nando Pons, si hablamos del Mallorca y su época dorada, le colocaban en suerte a Mateu Alemany al representante de turno y se negociaba el fichaje que el ahora llamado agente había ofrecido pero que, previamente, Bonet, Pons y algun amigo de confianza, exjugador, había espiado durante meses, sin cobrar una sola peseta. Solo en contadas ocasiones se esperaba al último día con los famosos faxes a cinco minutos del cierre. Con el riesgo que conllevaba que se produjera un atasco en el aparato de recepción de la RFEF y no se pudiese inscribir al jugador.
Esclavos del click
Algo que tampoco llego a entender del fútbol moderno es la comunicación y como se manejan desde los clubes con los fichajes. Las presentaciones y la posterior rueda de prensa del flamante fichaje, son historial. Solo algunos clubes, porque consiguen comercializarlos o por hacerle un guiño a los patrocinadores, los convierten en un evento mediático y social. En el Mallorca ni eso. Hace años que se ha sustituido la clásica presentación cpor un vídeo que tiene mucho de cortometraje y poco de fútbol. Hasta el extremo de pedir extras y figurantes para las grabaciones como ha sido el caso de Sergio Rico. En esta incorporación en concreto no acierto a vislumbrar el motivo por el que el club no ha querido presentarlo a bombo y platillo rentabilizándolo en imagen y de marca RCD Mallorca a nivel nacional e internacional por ser quien es y de donde viene. Hoy solo se valora el clic en las redes sociales del club o tenerle en exclusiva en plataformas oficiales. Que es cierto que tienen a cientos de miles de seguidores, pero existe muchísima gente a los que no les interesa solo la actualidad del club teledirigida y oficialista.